Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 7 de noviembre de 2011

SALIR CORRIENDO

La prisa, la necesidad de hacerlo y tenerlo todo con rapidez acapara nuestra atención y determina nuestra voluntad. Cada vez que pensamos en concedernos un espacio propio, un tiempo de calidad dedicado a resolver lo que “no queremos”, “lo que no nos está gustando de nuestra vida”, lo que bulle dentro de nosotros…la prisa vuelve a relegar todo para más tarde, para otro día, para otro momento que termina por no llegar nunca. La vida va pasando así rápidamente. Absorbidos por lo urgente, hacemos de lo importante sólo una anécdota.
A lo largo de los años me he dado cuenta de que si tuviese que elegir entre tener más cosas o vivir más experiencias, me quedaría, sin dudarlo, con lo segundo. Llega un momento que descubres que nadie posee nada. A lo sumo lo que podemos tener como propio es el deleite y el goce de disfrutar. Si ahora mismo nos pidiesen que dijésemos lo mejor de nuestra vida estoy segura que nadie nombraría su casa, su coche o sus ropas y joyas. Nos iríamos sin pensarlo a los buenos recuerdos que nos hubiesen dejado experiencias concretas. Porque eso…lo que queda en el alma, lo que vive por siempre, lo que se posee de verdad, es lo que se ha experimentado, aquello que nos hizo vibrar o simplemente lo que nos mantuvo serenos y felices en un tiempo. La vida es muy simple, extremadamente simple antes de complicarla nosotros con todo lo que no queremos e instalamos en ella. Porque nuestro desaliento llega cuando nuestros errores nos llevan a encontramos rodeados de personas, trabajos o cosas que nos desagradan o nos obligan a comportarnos como no somos. Nos fuerzan a cometer estupideces con las que creemos sentirnos mejor y compensar el sufrimiento. Es una especie de autoindemnización por el perjuicio que nos hemos autoprovocado. Se trata de encontrar algo que resarza el daño que nos hemos causado y comenzamos a “comprar”, “comer” o “poseer” de forma compulsiva sin obtener, en el fondo, el resultado que buscamos.
Restablecer los errores no es sencillo porque a veces las situaciones se complican mucho, pero tampoco es imposible. Tal vez precisa de mucha valentía, de una dosis de riesgo asumible si realmente pensamos que la mayoría de las cosas que están en nuestra vida, no deberían estar ahí.
Posiblemente podemos empezar por reflexionar sobre lo que “sobra” en nuestra existencia, para dejar de sufrir por ello y determinar lo que “falta”, para comenzar a buscarlo. Toda larga travesía comienza con un primer paso. Hoy puede ser una buena oportunidad para comenzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario