Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 5 de agosto de 2013

RENOVAR LA ESPERANZA



La vida tiene ciclos, el ser humano también. Los problemas se suceden, los errores, las frustraciones y las desgracias llegan…pero la capacidad de regeneración que tenemos es superior a lo que nos suceda, de otra forma no nos explicaríamos catástrofes insufribles que a muchas personas les suceden.
         Es difícil mantener la calma y de hecho es una excelente terapia echar fuera todo lo que nos oprima el corazón. El llanto, la melancolía, la tristeza y todas aquellas emociones que nos asolan han de ser permitidas, de lo contrario anidarán en el alma de tal forma que nos anularán definitivamente convirtiéndonos en lo que nunca hubiésemos querido ser.
         A veces la falta de óptica en el juicio de lo que nos pasa sobredimensiona los problemas. Hay que valorar adecuadamente lo que nos sucede y saber que hay cosas que pueden ser mucho peores y sobre todo, que todo pasa y que el tiempo es tan justiciero e implacable que nada deja sin transformar ni resolver, de una u otra forma.
         Hay determinados pensamientos instalados en nuestras creencias básicas que debemos desechar porque si insistimos en tenerlos, la sensación de ser unos desgraciados llegará sola.
         Lo primero que nos han enseñado mal es que debemos caer bien a todo el mundo y toda la gente debe apreciarnos y ser justa con nosotros. No tiene por qué ser así y tampoco necesitamos que lo sea para ser felices.
         Otro pensamiento o creencia exagerada es la idea de que tenemos que ser excelentes, hacerlo todo bien  y acertadamente. Somos humanos. Podemos equivocarnos y debemos dejarnos ese margen al error.
         Por último, creer que las cosas deben sernos siempre favorables también es un arquetipo ilógico que mantenemos cuando valoramos como debe irnos la vida. A todo el mundo se le tuerce el camino, alguna vez…o muchas.
         Para tener una vida valiosa y feliz no hay que estar siempre arriba, ni ser los mejores continuamente, ni llegar a la meta los primeros en todo. Para estar bien con uno mismo, hay que renovar la esperanza en nosotros, la fe en nuestro valor y la seguridad en que “no hay nada tan alto como estar abajo y estar bien”.
¡Feliz comienzo de semana!

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