Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 14 de enero de 2013

EL MILAGRO BIOLÓGICO: EL AMOR



         Hay domingos que me parecen una gloria. Son días en lo que no quiero hacer nada en particular y en los que ni siquiera deseo quitarme el pijama y la bata si no es para darme un baño reparador.
         En esos días en los que no me apetece ver la calle suelo acudir a mi banco de libros e incluso procuro evadirme del mundo digital que tanto nos absorbe. Me gusta sentir el roce del papel en mis manos y que mis ojos reposen sobre las letras, escuchando el latido de cada una en mi cerebro cuando van perdiéndose en mis pupilas. En esos momentos me parece una bendición el milagro de la vida y las posibilidades de gozo que nos permiten cada sentido.
         Soy una enamorada de la neurociencia. Desde muy pequeña me he preguntado qué mecanismos han actuado en nuestra biología, desde que hace 2300 millones de años, las cianobacterias impidieron que la vida terminase en el planeta cuando descubrieron la fotosíntesis.
         Es sorprendente como aún hoy en día, los seres unicelulares nos superan ampliamente y sin embargo, sin los organismos multicelulares el planeta sería un desierto absoluto.
         Cada conocimiento al que me acerco sobre la evolución biológica y los efectos de ella sobre el desarrollo cerebral de los homínidos, me lleva más cerca de la conclusión de que la afinidad y la colaboración ante el mismo objetivo fue el motor para sobrevivir en medios que cada vez más variables y hostiles.
Nada se consiguió en solitario, ni siquiera las mutaciones, que en principio se manifiestan únicas y versátiles, han podido revelar su operatividad en la absoluta soledad.
         Ha sido el conjunto de decisiones instintivas, en formas de vida muy simples, guiadas por el deseo común de mantener la existencia, las que han hecho posible           que ahora mismo estemos leyendo esto y las que comenzaron por demostrarnos que una primitiva forma de amor estaba engendrando la continuidad de la cual hoy somos protagonistas.

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