Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 9 de diciembre de 2012

LO BUENO DE LO MALO

Lo primero que llega a la mente cuando leemos este título, es esta pregunta…¿Puede haber algo bueno en lo malo?...efectivamente sí. Solamente tenemos que saber preguntar a la situación que acontece por las cuestiones claves en las que lo que se va a exigir es una cuestión de actitud.
A todos nos pasan cosas negativas. Nadie puede librarse por siempre de tener disgustos, de equivocarse, de cometer errores, de sufrir ansiedades o de ser el centro de un problema cuyas dimensiones nos sobrepasan. No podemos evitarlo y no deberíamos aunque pudiésemos porque son esas ocasiones las que nos dan la medida de nosotros mismos, de nuestra voluntad, de la fortaleza que nos constituye y de la entrega que tenemos hacia aquello que decimos que amamos.
Tal vez no amemos tanto, posiblemente no estemos dispuestos a arriesgar o tampoco sepamos si aquello por lo cual la vida nos pone a prueba, merece nuestro desvelo.
En la vida somos aprendices del amor. A veces logramos pasar al último curso, pero otras nos quedamos en los primeros  con la nota más baja. La repetición se produce en el mismo momento en el que nos equivocamos porque entonces nos vuelve a examinar de lo mismo y la rueda voltea de nuevo sobre sí misma.
Nos preguntamos por qué caemos, una y otra vez en la misma piedra, y posiblemente la respuesta está en la falta de actitud para aprender la lección. Hay que tener una disponibilidad abierta ante lo que nos sucede para que antes de pasar por el examen correspondiente podamos hacer el cambio y ver lo bueno que hay en lo malo que ocurre.
Preguntas tales como: ¿Para qué me sucede esto?¿Qué puedo cambiar, a raíz de ello, que me puede venir bien?¿Cómo puedo optar por crear otras posibilidades que me mejoren? ¿Verdaderamente es tan malo como parece?...
“Toda nube tiene su borde plateado”, decía mi viejo y querido amigo El Chino cuando alguien trababa de encontrar solamente razones que justificasen sus males. ¿Acaso no es verdad que cuando algo nos sucede ponemos todo a disposición de ver solamente aquello por lo que nos va mal?¿Somos capaces de agradecer que las cosas no vayan peor?¿Vemos siquiera la multitud de cosas que tenemos para ser felices y que si perdiésemos, al instante las valoraríamos?. ¿Hay que llegar a perder para apreciar?...
Todo  depende de la actitud con la que nos acerquemos a la vida en cada momento y sobre todo de cómo seamos capaces de encontrar en la desgracia una puerta hacia una parte de nosotros mismos que de otra forma nunca se hubiese abierto.

2 comentarios:

  1. Es muy difícil cerrar puertas al corazón; en cuestiones de amor, cuantas veces hemos de beber en la misma fuente para finalmente darnos cuenta que ella es la indicada y la que sacia nuestra sed de consuelo, de paz, de esa infinita sensación de plenitud.

    En el desierto en que vivimos, no podemos darnos el lujo de despreciar el oasis feliz que nos prodiga esas gotas dulces que sacian la sed que nos abrasa.

    "Nadie sabe con la sed que otro bebe"...decía mi sabia abuela.

    Y tienes razón, mi hada de los bosques, el espejismo puede confundirnos y darnos la sensación de que estamos equivocando el camino...pero además quien es perfecto para determinar si la fuente que nos prodiga paz, es la indicada?...o será la que nos produce sed?

    Mi sed.....se sacia en escasas gotas.

    Un saludo efectuoso desde el otro lado de mar.

    ...!

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  2. "Nadie sabe con la sed que otro bebe"... me ha encantado esta frase!!! ...muchísimas gracias por estar ahí y por dejarnos tus sabias reflexiones llenas de corazón, Un beso*

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