Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 10 de diciembre de 2012

LA EXIGENCIA DE LOS RESULTADOS

Una de las cuestiones más difíciles en el comportamiento humano es la paciencia. Ser paciente equivale a poder esperar con “esperanza”, es decir a darle tiempo de acomodo a las situaciones y a lo que estimamos como problema.
Demasiadas veces vivimos desesperando. Urgidos por deseo de que se cumplan las expectativas estimamos siempre que el tiempo es lento y que pasa en nuestra contra cuando no alcanzamos lo que queremos.
No es fácil esperar cuando es tanta la necesidad de que suceda lo que necesitamos, pero precisamente por ello, por la escasez o el vacío que instala en nosotros cuando es así, es por lo que debemos disponer en calma el interior y dejar que suceda lo que ha de llegar, lenta y pausadamente pero de forma segura y certera.
A veces las coordenadas tienen que cambiar tanto para que suceda lo que debe que nos parece imposible que el final feliz se produzca, pero todo es posible, sobre todo si no dejamos de creer que puede ser así.
Tenemos demasiada exigencia con los resultados. Todo queremos concluirlo con rapidez y de forma que lo que obtengamos se traduzca en alguna consecuencia tangible que no deje indiferente el curso de nuestra vida. Sin embargo, la propia existencia nos demuestra que la paciencia es por sí misma un regalo, una especie de talismán con la que posicionarnos frente a los deseamos que suceda.
Posiblemente, el trepidante ritmo de la vida actual no nos deje otro camino que la urgencia para todo y en todo. Hoy día no hay lugar para la serenidad, incluso ésta parece reservada a la gente sin mente ágil ni voluntad activa. Creemos que si nos concedemos tiempo interior lo estamos malgastando y que parar a escucharnos es un paréntesis vacío que no resuelve lo importante. Sin embargo, la solución al dilatado tiempo de la espera solamente puede pasar por la calma esperanzada y por ese silencio sonoro que debe instalarse dentro de nuestra ansiedad para terminar con ella y dar paso a lo que verdaderamente puede ayudarnos: la paciencia certera de saber que estamos en el momento exacto y en el tiempo justo de nuestra evolución personal y que el resto que ha de venir, llegará irremediablemente si nos está reservado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario