Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 14 de julio de 2012

SUMA DE CONTRARIOS

Vivimos en la tensión de los contrarios. Entre el frío y el calor, el amor y el odio, la luz y la sombra…la vida y la muerte. Una sucesión infinita de opuestos en cuya resolución está el resultado de nuestra existencia.
         El lado oscuro hace que brille más la luz que mora en la otra parte, pero ésta misma necesita de las sombras para reafirmar los destellos que proyecta.
No es sencillo albergar mitades opuestas en el corazón. No es fácil conjugar sentimientos encontrados cuando uno se enfrenta a la toma de decisiones y en nuestro día a día, todo nos obliga a decidir.
         No queremos equivocarnos. Luchamos por acertar y hacerlo a la primera. Conocemos el precio de las equivocaciones y aunque aprendamos con ellas, duelen.
Evitar el dolor no asegura el placer. El gozo siempre es el resultado de una conquista, aunque no lo sepamos.
Nuestro interior, a menudo, es un carrusel de sentimientos que retroceden y avanzan de forma sinuosa y recortada.
Lo más difícil que nos toca vivir se produce cuando ese vaivén recae en una misma persona. Cuando al que se le ama, también se le odia. Y es que el amor es un estado tan permisivo, amplio y esponjoso, pero sobre todo inteligente, que abraza hasta la entrada de su contrario para hacerle un sitio y poco a poco, transformarle.
No podemos eludir los contrarios. Vivimos afectados por ellos. Somos ellos. Como máximo podemos sumarlos. Añadirlos en una simbiosis fructífera en la que se alce con la victoria el sentimiento que permita la supervivencia del alma.
No es imposible su coexistencia. Solamente la resistencia a cualquiera de ellos nos sitúa en la cuerda floja; en aquella en la que cada paso es una llamada a la caída si no tensamos bien el cáñamo.
Amar y odiar pueden conjugarse; pero sólo si el amor presente da una mano al odio para dulcificarle y engullirlo más tarde.
Donde hay luz, la sombra se desvanece. Donde hay amor, el odio se pierde…lentamente…pero termina marchándose.
¿Por qué elegir uno de ellos?. Podemos dejarlos que convivan…tal vez el matrimonio sea fructífero y los hijos nos den la clave para serenarnos a tiempo; antes de dar paso a la enfermedad, antes de caer en la depresión o de optar por la locura.

2 comentarios:

  1. Ya estoy aqui, amiga mía. Aunque nunca me he marchado. Todos los días he leido tus reflexiones. En ésta última siento tus palabras certeras. No es posible llegar a ese encuentro y fusión de contrarios, sin la mirada constante de uno frente al otro, sin la desidentificación necesaria de bien y mal.
    Un beso con alas de gaviota en la brisa cálida de mi corazón.

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  2. Xara que bueno contar con tu presencia de nuevo...me refiero a tu voz escrita...es como darte la biemvenida a casa!!. Gracias por tu beso alado impregando de la brisa que abriga!
    Inmensos abrazos llenos de entrañable afecto por tu vuelta.

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