Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 16 de junio de 2012

TÚ: El Universo

Algo que uno aprende, cuando tiene oportunidad de encontrarse consigo a solas, es que todo lo que tenemos, lo que somos, lo que vivimos, lo que gozamos y padecemos es el  universo.
Todo lo que existe está en nosotros por eso es tan importante que sepamos reorganizar los elementos que lo componen.
El universo, nuestro cosmos, nace y muere en nosotros. Y así se renueva eternamente.
Mientras contemplaba los restos arquitectónicos sefardíes, conviviendo con la impronta musulmana y los testimonios cristianos pensaba la riqueza que dejamos detrás de nosotros cuando convivimos. Nada es mejor que intercambiar las formas de sentir y amar. Incluso las distintas maneras de odiar pueden dar sus frutos si se sabemos recuperar el método para superarlas.
Uno se pregunta por la estupidez de empecinarnos en las tragedias cotidianas cuando no son tal y en cómo elevamos a categoría de  desventura y miseria lo que dentro de un tiempo solamente miraremos con tristeza por el tiempo perdido.
Mientras paseaba por los entornos de las sinagogas imaginaba este contexto seiscientos años atrás o seiscientos adelante y pensaba en lo breve de la existencia individual y en cómo muy pronto todo se renueva y las gentes que pueblan los espacios lo hacen con otros modos de ser y sentir; dando a las cosas que lo animan, un sentido distinto al amarlo de forma diferente.
Nada es nuestro para siempre y sin embargo, lo es por siempre. Este contrasentido, que parece no tener solución, es en realidad lo único que tenemos cuando nos pone a prueba el tiempo.
Solamente existe la propiedad en tanto que existe su uso. El resto siempre es y será de otros. Pero por otra parte, todo es nuestro mientras lo gozamos y lo vivimos como tal y ese es precisamente el premio que recibimos de esta vida material.
Lo que suceda después siempre es del resto, aunque indefectiblemente seguirá llevando el sello de nuestro amor que quedará como una huella imborrable en el alma que anima incluso aquello que no podemos ver.
Gocemos de todo cuando vivimos, sigamos abandonándonos en  el gozo cuando lo abandonemos y mientras tanto, impregnemos con nuestros sentimientos más puros cada cosa que toquemos.
Otros comenzarán ahí, justo en  ese punto; a su modo lo harán suyo.

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias Flor y Nata por tu regreso. Me gusta mucho tu modo de expresar que el mundo está ahí siempre para nosotros, renovándose, renovándonos.
    En cada momento de nuestra vida, o de la historia la música que nos acompaña hace de la "propiedad" una emoción sublime, siempre desde el respeto a lo ajeno. Se acabaron los tiempos del saqueo, de la conquista, del urto indebido, del enterramiento de las culturas. Que vuelvan los tiempos en que las culturas se unificaron para declamar juntos su historia.
    Qué bien tenerte aquí de nuevo.
    Un abrazo inmenso!!!

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  2. Xara es un placer ver cómo has captado esa idea de no agresión con lo que nos encontramos de la historia, esa negativa a la aculturación y ese recoger lo mejor de la herencia que nos llega.
    Sí, el mundo está esperándonos...SIEMPRE...!! el de dentro...y por tanto el de fuera!!...
    !!Qué alegría sentirme así de esperada y querida!!
    Un beso enorme!!!

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