Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 23 de abril de 2012

PERFECCIONES

Estamos demasiado acostumbrados a pensar en términos de “perfección”. En muchas ocasiones pedimos que nuestros hijos, nuestra pareja, nuestro mundo material se acerque al modelo de lo perfecto que navega en nuestra mente como deseable.
Nos cuesta entender que la perfección es un concepto relativo que se ajusta a parámetros del tiempo y el espacio en el que vivimos. Pero nos cuesta aún más comprender que nunca analizamos lo que ofrecemos y que nuestra voluntad de dar es, frecuentemente, menor que la de exigir.
Por otra parte, ajustarse a referentes e lo que la moda, el uso o la costumbre determinan como perfecto tiene un altísimo riesgo y un coste inmenso. Siempre perdemos lo mejor nuestro en ese intento de ser o pedir lo que no somos y no tenemos.
Antes de lanzarnos a la conquista de lo perfecto, examinamos nuestro corazón, abramos nuestra mente y simplemente caminemos hacia lo mejor, siendo nosotros mismos el referente inmediato.
Os dejo un cuento de Nasrudín donde las aspiraciones chocan con la realidad de una forma simple y sencilla.

La mujer perfecta
Nasrudin conversaba con un amigo.
- Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?
- Sí pensé -respondió Nasrudin. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.
Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.
- ¿Y por qué no te casaste con ella?
- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.

3 comentarios:

  1. XARA escribió:

    Me viene como anillo al dedo. Un beso

    P.D No sé por qué no quedó publicado. Me alegro muho Xara!!

    ResponderEliminar
  2. La perfección es un ideal difícil de encontrar en esta dimensión: confio en que la encontraré mas allá de las estrellas a donde un dia viajaré de regreso.

    Mientras tanto me conformo con adaptarme al mundo con mis imperfecciones, mis deficiencias y debilidades.

    Conocí la perfección, tengo un lejano recuerdo: mi madre con sus arrullos y caricias me lo recordaba mientras vivió; en mis sueños trato de volver a sentir su piel suave y escucho sus susurros en mi torpe oido y vislumbro por instantes ése lejano paraiso en donde moré.

    Saludos cariñosos para todos.

    ....!

    ResponderEliminar
  3. Si algo se acera a la perfección, mi querido anónimo, es precisamente lo que has dicho...el arrullo de una madre, la nana deliciosa entonada en sus labios, el beso tierno y cálido depositado en nuestras mejillas...esa sensación de plenitud y protección infinita de la que algún día volveremos a gozar...sí, más allá de las estrellas en un encuentro que nuestro corazón siempre está añorando.
    Un abrazo cálido!

    ResponderEliminar