Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 30 de marzo de 2012

TODO SIGUE

Damos demasiada importancia a todo lo que nos sucede. No es que debamos pasar por la vida sin rozarla siquiera, pero debemos aprender a ponderar y en esa toma de medidas saber equilibrar lo que tiene mayor o menor transcendencia.
         Estamos en un momento histórico en el que de todo, sobre todo aquello que esté relacionado con el “parecer” ante los demás y el “sentirse poderoso”, hacemos una asignatura pendiente.
         Nos sometemos a una presión excesiva en el intento de estar siempre bien física y psicológicamente. Hay que ser lo más atractivos posible, lucir los mejores vestidos a los que nuestro presupuesto de lugar, alcanzar las mayores cotas de éxito en el trabajo y ni que decir tiene, la importancia que llega a cobrar, ir acompañado por alguien que aporte aún más lujo a nuestra vida.
         Del otro lado, se sitúan los que deben conformarse con estar en el punto de descenso continuamente. Pero esas personas, por desgracia, en nuestras sociedades son invisibles a los ojos de una clase media que intenta por todos los medios parecerse a la siguiente en la escala.
         Nos empeñamos en escalar demasiado alto, exigimos a los nuestros que sigan a los que tienen un perfil más exitoso y obviamos que la vida pasa en un soplo y que si algo hay que preparar, en primer lugar, es la estructura de las emociones para determinar una escala de valores que no devore a la persona y que la sitúe en un plano de felicidad sostenible y real que verdaderamente compense.
         La vida es efímera y  desgraciadamente, salvo para los que te quieren de verdad, todo se olvida demasiado pronto.
         Estamos acostumbrados a que la muerte y las desgracias coman con nosotros frente a nuestra mesa en la pantalla de la TV, a recibir noticias impactantes de amigos que tienen su sentencia en una enfermedad sorpresiva, a enterarnos de muertes inesperadas que fulminan el corazón con la rapidez con la que se producen…pero en realidad…todo lo olvidamos rápidamente…y la vida sigue.
Sigue con y sin nosotros.
         Por eso, no vale equivocarnos en los criterios de referencia cuando establecemos las prioridades para comportarnos en ella, ni cuando los utilizamos para exigirlo a quienes nos importan. Porque lo que de verdad es transcendente es lo bondadosos, compasivos y generosos que seamos y sobre todo, la capacidad de amar que nos acompañe. Es lo que dejará un rastro. Un perfume especial que tardará en extinguirse.
 El resto…es siempre materia del olvido.

6 comentarios:

  1. Es cierto, poco es lo que nos queda. En los sentidos se aloja la memoria del amor.
    Mi padre no tiene olfato desde hace muchos años, mi madre no tiene apenas audición. Sus memorias sensoriales se centran ambas en la vista (muy cansada ya) y el tacto... ahí están sus recuerdos, sus huellas.Y se activan así, tocàndonos...! Tocándonos mucho. Quién sabe, quizás esas personas que están en el punto de descenso tengan una memoria sensorial o sensitiva muy superior a la de los "ascendidos" solcialmente, porque se tocan, les he visto hacerlo, y me satisface mucho esta imágen. Niños abrazados, tocados, mordidos por sus madres. Abuelos masajeados por sus hijos y nietos, parejas que se abrazan y besan en los parques en las calles, en las playas..., en el cine en todas partes. La huella que queda en nuestra memoria se activa en muchas ocasiones.
    Es una cuestión de prioridades, pero al final, como tu dices, todos buscamos lo mismo, y nos enternecemos con las huellas alojadas en los sentidos. Esa es mi opinión, al menos.
    Un beso grande y sonoro

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  2. Sí es cierto...hoy en día hay un temor inmenso a ser tocados...y así nos va. Nos abrazamos poco y distante, nos besamos menos y si alguien parece que invade, cercanamente y por error nuestro espacio íntimo...enseguida esperamos un "perdón" como si de una ofensa tremenda se tratase. !Con lo difícil que nos resulta pedir perdón en cualquier otra circunstancia!...
    La memoria de los sentidos...es cierto...qué bello!. Esa mantiene vivos los recuerdos en tus padres y el presnte...atrapado en sus ojos...y sus manos.
    Un beso para ellos y otro muy cálido para ti!

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  3. La tibia caricia de una madre o un padre a su pequeño hijo es una sensación que nunca se olvida; es tan sensible el chico a este tipo de sensaciones que el olor de la primera fruta o el aroma del estofado que humea en la mesa hogareña serán sensaciones que condicionarán por siempre la percepción del adulto ( Pavlóv lo confirmó en el laboratorio ) y nosotros legos de la ciencia lo experimentamos) : nunca olvido la mano suave de mi madre maseajeando mis cabellos mientras la tarde caia a lo lejos y ella susurraba una amorosa canción de cuna; nunca olvido el suave aroma de la primera manzana que mordí con los dos primeros dientes de mi infancia.

    Cuanto amor damos a nuestros hijos? cuando amor ha faltado por dar a los pequeños?

    Pasar por la vida erguidos y la frente en alto, es el resultado de un delicado proceso de adaptación a este planeta y las sensaciones que nos acompañarán siempre hasta el día que le regresemos a la Madre su aporte, será reflejo de ese período en que dimos los primeros titubeantes primeros pasos.

    El viejo debe volver a ser niño ( lo dijo el Pescador Galiléo )para encontrar la verdadera felicidad o sea volver al paraiso: como debería ser la vida del adulto si nunca dejara de ser ése pequeño que una vez hechó a caminar por el planeta azul?

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    Un abrazo tibio y cariñoso para todos.

    Y para ti mi hada, no tengo palabras...solo el viento te lleva mis amorosos susurros.

    ....!

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  4. !!Las caricias...mi tibio aire del oeste!!! qué sensación tan maravillosa!!...esos recuerdos impregnados en la memoria de la piel!!...la mano de la madre...la inocencia del niño...nada más delicioso!!...más tarde, cuando somos mayores esas sensaciones nos convierten en compasivos y generosos con los afectos...aunque también creo que por haberlas tenido, posiblemente notemos más su falta.
    !Menos mal que tus susurros amorosos llega como tiernas caricias sobre mi cabello!
    Recibe mi corriente de energía magnética para recargar la intensa luz de tu corazón!

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  5. Disculpen pero se me quedó en el tintero una idea que comparto:

    No importa en qué nivel social nos corresponda vivir porque ante la muerte todos somos iguales, unos y otros, pobres, ricos, humildes o poderosos, altos, bajos, negros, blancos, "catires" o pardos..todos enfrentaremos la parca con igual temor y allí, en esos angustiosos momentos es cuando aprenderemos la última lección: no importa el rango, todos debimos vivir la vida con autenticidad, como seres humanos integrales y como decía mi viejo " en la trinchera donde nos tocó lucharla "

    Cuando nuestros actos se coloquen en la balanza del juicio de Osiris todos seremos iguales y sin privilegios.

    Esa realidad nos debería llevar a enfrentar la vida como si cada dia fuera el último, como si cada instante tuviera un valor inestimable y como si cada ser que veamos al frente no solo fuera nuestro igual sino nuestro hermano.

    Total todos y cada uno somos hijos del mismo Padre y todos y cada uno tenemos el mismo destino sobre la tierra....independiente de las circustancias en que nos correspondió por suerte nacer.

    Comparto con todos el sol que nos alumbra y su tibio abrazo de primavera.
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    Mi hada...para tí no hay palabras...solo los susurros que te lleva el viento...!

    ...!

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  6. !!Qué bellísima y auténtica perspectiva has dimensionado con tu comentario!!!...qué cierta e inestimable es cada idea que contiene!...TODOS SOMOS IGUALES...lo peor es que no lo sabemos y mucho menos lo creemos.
    Qué estúpido empeño en diferenciarnos por el rango económico, por el status educativo o por el estético. Llega muy pronto la única verdad que vivimos por igual: la muerte. Ese paso unívoco que a todos iguala!!.
    Deberiamos emplear la distancia que ponemos con el resto a los que infravaloramos o menospreciamos...para vislumbrar, desde lo lejos, la certeza de proceder de un mismopunto y retornar de nuevo a él.
    En el medio...la vida...como oportunidad de igualarnos.
    Recojo los susurros y los estrecho en un cálido abrazo!!!!

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