Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 27 de marzo de 2012

¿EXISTE EL AZAR?

Nada sucede porque sí. Hay una razón manifiesta o subyacente que tal vez en el momento que nos suceden los acontecimientos, no somos capaces de advertir. Posiblemente, tanto lo excelente que nos ocurre como lo desafortunado que acontece en nuestro día a día, solemos encajarlo en un azar indeterminado que libremente cae sobre una u otra persona sin que podamos intervenir en su peculiar desenvolvimiento.
Este pensamiento nos deja en una posición de indefensión que debemos superar si llegamos al convencimiento de que realmente todo está diseñado en un plan general, en el que nuestra vida tiene sentido en relación con el engranaje del resto. A la vez  que los demás cumplen con nosotros un cometido específico acorde con nuestro propio proyecto de desarrollo y evolución espiritual.
No es casual que ahora estés leyendo esto. No es aleatorio que te hayas encontrado conmigo, ni yo con tu mirada sobre mis letras. No hace falta que te conozca. El simple calado de ellas en tu corazón para asumirlas o rechazarlas cumple una misión por sí misma satisfecha cuando sucede.
Nada de lo que nos sucede es accidental. Aún menos las personas que llegan a nuestra vida. Tanto las que están destinadas a aportarnos felicidad como las que terminan siendo nuestra quimera. Porque en uno u otro caso son vivencias que nos tacaban vivir, de las que debíamos aprender y por las que teníamos que pasar.
La libertad existe, no obstante. Dentro de esa predeterminación  a la que estamos sometidos libre del azar hay una capacidad de respuesta, por nuestra parte, que puede dar un giro al marco disponible. Las condiciones se presentan, las personas llegan…pero de nosotros depende asumir el despliegue de posibilidades que traen consigo o replegarnos en nuestra concha para seguir dormitando en nuestro sueño particular.
De nuevo la capacidad de arriesgar, de tomar lo que puede aportarte cada novedad que logre rozarte. De ahí la aventura de vivir lo que cada momento nos reserve, con plenitud y en con la autonomía que nuestro corazón pueda gestionar para lograr la plenitud que le corresponde por derecho antropológico y divino.
Mi interior me dice que además de este azar inexistente, muchas de las personas con las que me encuentro…ya han sido parte de mi vida…de esa vida globalmente entendida en la que han existido viejos afectos y cercanías, más allá del espacio y el tiempo. Ligazones tan intensas que ahora somos capaces de reconocernos al instante. Me emociona cada vez que lo experimento. Me llena de paz.

4 comentarios:

  1. Nada que decir, estoy absolutamente deacuerdo contigo. Tus palabras se incrustan en mi mirada como si fueran mías.Será porque estás diciendo algo que a mí me parece una Verdad.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Xara que bueno que me encuentro siempre con tu presencia a mi lado!!..sin duda, no es casual que nos hayamos conocido.
    Un besote enorme

    ResponderEliminar
  3. Yo no sé si es o no es, casual. Lo cierto es que de mí hay un aspecto, que es el que os muestro y que se hace llamar Xara. Que deja una huella, estela o paso, llamado Xara. Una imágen que cada uno veis de un modo distinto, y que voy creando y recreando, como Dulcinea, como Don Quijote... llamada Xara. Y me voy enamorando de ella, gacias a tí, y también a tí, y a tí...cómo no!
    No sé si es casual que nos hayamos conocido, pero creo que tengo mucha suerte de haberte conocido.
    Felices sueños

    ResponderEliminar