Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 22 de marzo de 2012

SALDO FINAL

La vida es semejante a una empresa. Se trata de contar con unos recursos, en este caso con nuestro particular bagaje de herramientas emocionales, con un proyecto, que puede centrarse en nuestros objetivos a corto o largo plazo, una dedicación, tiempo de entrega a cada fase del proyecto vital y el necesario compromiso con  nosotros mismos y aquellos que incluimos en la aventura de gestionar los ejes sobre los que se desenvuelve la intención inicial.
Al final, lo que todos deseamos es un saldo positivo del plan originario, que en el ejercicio de vivir se resume en muy pocas palabras: ser feliz.
Para ello, hay que entender el mensaje que traemos con nosotros cuando llegamos a este mundo. Somos un ramillete de experiencias esperando a desplegarse para inaugurar las vivencias emocionales más increíbles. Ser feliz no es sinónimo de tener mayor cantidad de objetos, ni mejores condiciones materiales, ni siquiera posición social o poder vital. Hay personas que teniéndolo todo se cambiarían por el que puede sonreír abiertamente o el que tiene ilusión por los detalles más simples.
Al igual que venimos con la bandera enredada a nuestro cuerpo, de la necesidad de ser feliz, llegamos también sabiendo serlo con cualquier cosa. Los niños ejercitan a las mil maravillas esta disponibilidad porque están abiertos al mundo. Nadie les es extraño, nada les parece poco, nada les sobra tampoco. Son capaces de emocionarse con lo insignificante y hacen de ello una razón inmediata para ser feliz al instante. Eso es lo que necesitamos, razones simples que nos hagan ilusionarnos por cada tramo del día. Con la edad nos vamos olvidando de lo necesario que es dejar pasar los rayos del sol a través de nuestra ventana. De permitir que se posen sobre la piel del alma y de conseguir que iluminen nuestra sonrisa olvidada en los problemas que nos asolan a diario.
Voy a contaros un breve cuento que tiene mucho que decir en este canto a la felicidad que proporcionan las cosas simples:
“…En una ocasión, un caminante extranjero se topó con un cementerio en la Grecia antigua. No pudo resistir la tentación de entrar para leer los epitafios de unas tumbas que parecían esmeradamente cuidadas y pulcras. Iba leyendo aquellas palabras que acompañaban a cada difunto hasta que encontraba la edad en la que se había producido la muerte. Asombrado pudo comprobar que todos ellos eran muy jóvenes. Se preguntaba qué epidemia habría ocasionado aquel desastre.
Una a una, arrojaban unos datos que le llenaban de tristeza.  …Helena…5 días de edad…Elisea 30 días de edad…Heladio…60 días de edad…Ireneo 10 días de edad…
De pronto, oyó cerca de él las pisadas de alguien que se acercaba. Se volvió y vio que llegaba a su altura un hombre bajito cuya mirada resplandeciente había iluminado aquel día gris nublado. Ante el desconcierto del forastero, el lugareño le dijo así:
-¿ Está asombrado con las edades de las muertes?
-Sí, realmente siento una enorme pena por ellos.  -¿Qué sucedió?. Nunca he visto tantas tumbas con niños fallecidos tan pronto.
-No eran niños.- El forastero, desconcertado, se pasó la mano por la cabeza sin entender nada.
- ¿No eran niños?...entonces ¿cómo pudieron vivir tan poco sin serlo?.
- En realidad.- apuntó el lugareño.- esos días son los que vivieron plenamente felices, porque sólo el tiempo que pasamos así es el tiempo que vivimos.- Desconcertado, el forastero agradeció la explicación y se fue pensativo decidido a cambiar la actitud con la que abrazase cada día un nuevo amanecer.”

Ser feliz siempre es una DECISIÓN que no podemos dejar que dependa de las circunstancias. No debemos, tampoco, entregar la llave de esa felicidad a un carcelero que desde ese momento sea dueño de ella.
Hay que ejercitar todo un aprendizaje paulatino que nos enseñe a tomar actitudes diferentes donde solemos poner acritud, malos gestos y peores palabras. Que en definitiva, nos deje convencidos de que nada ni nadie puede cambiar lo que decidamos en nuestro interior y que esa seguridad sea nuestra fuerza.
Me gustaría terminar mi tiempo con un saldo positivo cuyo cómputo temporal sea algo más que unos días…No me quiero encontrar en ese cementerio de personas infelices.

6 comentarios:

  1. Ya había leido ete cuento, y sigue actualizado en mi memoria, porque es cierto, el tiempo de felicidad es tan poco y tan arduo el camino hacia su encuentro!!!
    Ójala, pronto empiecen a enseñar felicidad en el colegio, como asignatura principal. Felicidad en el ser, en saber amarse y amar, en disfrutar de "lo que no se ve" y en dar prioridad a la VIDA antes que al conocimiento.
    El trabajo más feliz ahora mismo en nosotros, tendría que ser hacer posible que esta asignatura ocupe la mayor parte de los proyectos curriculares en los colegios, que los niños vuelvan a casa deseosos de abrazar y ser abrazados, que sus almas se llenen de gracia y ganas de vivir alegremente.
    Un beso

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  2. Xara, me ha gustado esa idea de la asignatura escolar dispuesta para la enseñanza de la felicidad. Yo la extendería incluso a una escuela de padres que comenzasen por enseñarles a ellos a ser felices y transmitirla.

    P.D Xara no tengo internet en casa, hoy estaba estropeado así que no he podido entrar en correos, facebook etc...pero gracias por todos tus apoyos
    Besosssss felices...

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  3. La felicidad es un estado del alma: hay quien es feliz por la lluvia bienechora que alimenta el sembrado y otro que reniega de ella porque le desbarata el peinado.

    Hay quien detesta la comida que le es servida solo por el hecho de que quien la sirve a la mesa no es de su agrado y otro que consume con avidéz y felicidad el medrugo de comida que viene de la mano caritativa.

    Hay quien cada mañana reniega del dia que nace y del sol que entra por la ventana...y otro que suspira de alegría por el sol que calienta la mañana.

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    Conocí un ser humano que después del desayuno entraba en una lánguida tristeza...y en cierta ocasión le pregunté la causa y desconsolada me dijo..." será que mañana estaremos vivos a esta misma hora..? ( me confesó que temía a la muerte acada instante ).

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    En una ocasión viajaba en automóvil un largo trayecto junto a otras personas, mi pasajera del lado llevaba mas de una hora de silencio, aferrada s su silla y con una palidéz enfermisa....la pregunté por su estado y ..."sufro mucho..porque creo que la tierra se va abrir y el coche va a ser devorado por ella..." quedé asombrado...mientras observaba el bello paisaje que se veiaa lo lejos.

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    Xara tiene razón: en las escuela debe existir una cátedra en donde a los seres humanos se nos enseñe a ser felices (o se debe inventar un medicamento que mediante una inyección se administre una dosis de cordura y de refuerzo para que los seres humanos sean felices ).

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    La felicidad es, repito un estado de ánimo, que debemos aprender a cultivar, a manejar, a reforzar a retro-alimentar.
    A nadie gusta el dolor, pero el dolor es un síntoma soportable y necesario: dolor de duelo, dolor físico por el golpe recibido, dolor y pesar del bien ajeno: ja !...envidia y es una de las clases de dolor que mas afecta a los seres humanos y muchos padecen de esa enfermedad lacerante.

    No hay "clases" de felicidad...solo hay seres humanos que aprenden a ser felices...con lo mucho o con lo poco, con lo bueno y con lo malo, con lo propio y con lo ajeno.

    El amor...ese sentimiento tan confuso de sentir, de dar o de recibir es una de las condiciones fundamentales para aprender a ser felices.

    Los niños son felices porque aman....sin restricción: en el momento que les enseñemos a condicionar ese expontáneo sentimiento, en ese momento expulsamos del paraiso al chico y los sumimos en el dolor o sea le quitamos la esencia espiritual que traemos del Eterno: el amor.

    Los amo a todos por igual, pero tí, Flor y Nata infinitamente más que a todos los demás.

    ....!

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  4. Mi querido amigo de la otra orilla!!!...tus comentarios cada vez me emocionan más. Están llenos de sabiduría vivenciada, de amor puesto a disposición de los demás, de esperanza lúcida y de esa serenidad que tanto ansiamos todos y que nos regalas con tanta sencillez!!...
    Me gustan mucho...y mucho más tu fidelidad a mi!
    Un beso

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  5. ser feliz es una actitud ,un estilo de vida,ser feliz es contar la edad q te falta por vivir feliz ,es un recordar y un vivir el hoy y una fe en el mañana ¿miedo a continuar? eso es para los debiles de espiritu ,cuando se cree y se siente la presencia de Dios se encuentra hasta en el polvo del camino motivo de felicidad ,la satisfaccion de lo vivido yel ir avanzando en el camino ,el disfrutar del camino hacia la eterna armonia es mas que suficiente para ser feliz y siempre el Ser Supremo te dara la compañia adecuada veracruz presente mi adorada Flor

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  6. Veracruz, amigo!! tus palabras destilan sabiduría vivenciada y esperanza sin límites...gracias por extenderlas sobre nuestro blog como polvo de estrellas...transparente y regenerador!!
    Un abrazo lleno de empatía!

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