Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 20 de marzo de 2012

CREER O NO CREER

Tener fe no responde a una imposición. La fe puede encarnarse en muy diferentes objetos o ideas. Puede diluirse en el mundo terrenal o puede proyectarse al divino o etérico. Creer siempre es una cuestión de apostar por lo que no se ve, por lo que de momento parece no estar, por lo que no es evidente, ni puede materializarse.
Tiene que ver con la intuición, con el sutil desahogo del espíritu para planearse más allá de lo contingente, para diluirse en un estado de percepción extrasensorial que no admite comprobaciones, ni seguridades. Pero que nos completa y nos conmueve.
Quien no cree no arriesga. Se queda en la cómoda disposición del final del camino. En la seguridad del no más allá, aunque esa latitud sea, definitivamente, un sendero cerrado y sin leyenda. No hay retorno para el que no quiere ver más lejos. Pero él, al igual que el creyente, solo puede imaginar.  Presupone un punto final lleno de nada que absorbe la existencia y la limita.
Creer nos prolonga las ganas de seguir existiendo y lo hace admitiendo la posibilidad de que esa continuidad se perpetúe en la felicidad más exquisita. La mente es soberana de elegir lo que cree. Absolutamente libre de ensoñar paraísos de gozo que compensen las tristezas, angustias y sin sabores de la existencia terrenal. Si creemos, al menos hagámoslo con la grandeza de posicionarnos en el centro de la dicha, donde los tropiezos de la vida sean una anécdota sin importancia y sobre todo, dónde el tiempo se esfume en aras de una dimensión perpetua de satisfacción plena.
He comenzado a pensar que no creer es una postura incómoda en la que el vacío de la nada desfonda la existencia. Una conclusión demasiado rápida para terminar con esta vida infinita que nos late en el pecho. Un despliegue de medios sin objetivos que  desenfoca el proyecto conjunto de la humanidad y esa finalidad que se presupone cierta, de tener un sentido vinculado.
Si hay o no hay un más allá, no me importa. La idea de creer en él me basta. De lo contrario comienzo a encontrar todo a mi paso demasiado estrecho y decolorado. Un callejón sin salida del que no quiero ver el final creyendo encontrarme una pared. Prefiero alzar la mirada al cielo y sentir la libertad infinita de saberme viento incoloro acariciando suavemente la piel de los demás, por siempre.

6 comentarios:

  1. De Rumi:


    El Señor ha susurrado algo
    Al oído de las rosas,
    Por eso se abren
    Cada día a la caricia luminosa.

    Ha murmurado algo a la piedra
    Y por eso ha surgido
    la gema preciosa que centellea
    allá en el fondo de la mina.

    También dice algo al oído del sol
    Cuyas mejillas deslumbran
    Con relucientes destellos.
    ¿Qué será lo que el Señor
    Ha susurrado al oído del hombre
    Para que éste sea capaz
    De amar… incluso a Dios?

    Creer en lo que no se ve, es creer en lo que se siente. Esa es mi creencia y mi fé por siempre.
    Un beso

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  2. Muy bello Xara, me ha gustado mucho. Participo de tu sentimiento, absolutamente!!
    Un beso

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  3. Si todo lo existente és por amor y emana Gran Constructor y retorna a él en un infinito eterno renovarse, no tendría sentido una vida efímera, corta, inútil en la eternidad del tiempo y del espacio.

    Que sentido tendría,el trauma de nacer, de vivir, de luchar, de ser cada dia en una lucha constante y sin sentido?

    Somos marionetas inútiles del gran titiritero universal?

    Por miles de siglos el hombre ha mirado las estrellas buscando un sentido a su existencia y los viejos sabios de esas culturas milenarias no han llenado de argumentos y respuestas que nos conforman con esta efímera realidad.

    El espíritu perdura mas allá de las formas temporales en un torbellino de vivencias eternas como la obra que contempla.

    El hombre es mas que bestia y esa llama que bulle inquieta en su interior, es el destello del fuego que se renueva en cada vida, en cada oportunidad, en cada experiencia renovadora.

    El Gran Maestro Galiléo, respondiendo a sus contemporáneos les preguntaba....." y Uds. quien piensan que soy?

    Y ellos, humildes de espíritu pero tocados de humildad, respondieros: Eres Elias ( el que anunciará los caminos )...y el Maestro respondió..." no, no soy Elias...y a continuación completó la idea.." yo soy la voz de uno que clama en el desierto...enderezad los caminos ( y quien era esa voz? Malaquías lo había anunciado....."antes del dia del Señor, vendrá la voz del que clama en el desierto.

    Los profetas sabían que un dia lejano volvería Elias a "anunciar la venida del que bautizará con fuego del espíritu ".

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    Hablar de estos temas es delicado, porque como dicen los monos del norte..It´s not polite".

    Tener fé, como bien anotas mi querida Flor y Nata, es como lanzar el ancla de la esperanza en el tenebroso mar de la incertidumbre.

    Creemos por convicción personal, por inspiración, por una sinrazón que nos impulza mas allá de las formas.

    Anclar en consecuencia nuestras convicciones a una estrella luminosa que nos alumbra constantemente, es un paso sabio y necesario que reconforta el espíritu y lo concilia con la vida y con ese " mas allá de ella ".


    Inútil y un gran despercidio sería esta fugaz existencia sin ese luminoso camino hacia la divinidad Creadora y siempre Eterna y siempre renovada en su esencia.

    Un abrazo para todos y uno especial para tí...mi bella hada.

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  4. Mi agradecimiento más entrañable por este comentario que incluye tantos aspectos interesantes.
    Como siempre, amplio y magnífiamente expuesto.Y lo mejor, con el afecto que incluyes bajo tus letras!...***...

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  5. Querido Viento del Oeste, también a mí me reconfortan tus palabras, y dan esperanza a los grandes espacios vacíos que limitan la "creencia".
    En cambio a mí me produce una gran sensación de incertidumbre creer en la renovación, como tal. Mi vida tiene principio y final, mi espíritu aún vive el deseo de volver a casa, pero poco sabe de sí mismo antes de ser música, o antes de ser "flauta", como decía el poeta. Ahora me conformo con hacer la música que el aire permite en mí y através de mí. Soy yo también "junco" arrancado de su raíz, para dar voz al lamento de su dolor, a su añoranza. Nada más.
    Un beso tremendamente sincero.

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  6. Gracias Xara por el tremendo besote.

    Me acuerdo de un viejo cuento:
    Un hombre caminaba por la arena y hablaba con su angel y se veia sus propios pasos y los de el angel a su lado; y preguntó a angel con un dejo de reclamo:

    " Porqué, en los momentos de mayor dolor, de mayor soledad, me abandonas y no veo tus pasos que me acompañan...!

    Y el angel con voz queda le respondió.." hijo...en esos instantes de mayor dolor no ves la huella de tus pasos en la arena... solo ves la huella de los mios...yo te llevo en mis brazos en esos tristes momentos!

    El Gran Espíritu Creador es un soplo, una brisa que nos arrulla a cada instante; es la música melodiosa que suena suave a nuestros oidos y nos permite soñar...que mañana es un dia mejor al de hoy y que el futuro será mas feliz que el oscuro presente.
    La noche y la oscuridad solo presagia aurora... claridad... luz.

    Un abrazo tierno.

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