Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 2 de febrero de 2012

DULCE OLOR A PAN

Hoy mientras tostaba pan para el desayuno llegaba hasta mí una sensación placentera que me hizo reflexionar sobre los pequeños tesoros de la vida. La reacción ante lo que nos sucede siempre presenta una doble posibilidad: la huída o la lucha.
Muchos de nosotros hemos encontrado en la huída un camino, si no fácil, al menos posible. Una opción a la que nos hemos acostumbrado y que aplicamos automáticamente ante lo que nos desagrada.
Huir es también defenderse cuando el peligro acecha pero nos sigue dejando indefensos para la siguiente amenaza. Los que así lo hemos hecho durante bastante tiempo, estamos muy acostumbrados a observar detenidamente las salidas antes que nada. Nuestro control se centra en saber cuál es el camino que nos aleja, en caso de peligro, para evitar el enfrentamiento y salir corriendo hacia ninguna parte. Porque realmente ningún destino es el que está al final del camino de nuestra carrera. Solamente la necesidad ciega de apartarnos de lo que suponemos que nos daña.
Cuando esa huída se produce contra los fantasmas del pasado el resultado es aún más caótico por que no sólo no sabemos hacia dónde ir, sino que tampoco conocemos a ciencia cierta de qué huimos. Cuando el enemigo es conocido uno puede contrastar las fuerzas, determinar el alcance de un posible ataque y prever el desastre. Si ni siquiera sabemos la altura del enemigo, sus envenenadas armas pueden ser mortales aún sin tocarnos. Imaginar que nos dañan es suficiente.
Muchos de los miedos que nos asaltan están en la niñez. La mía, envuelta en un halo de felicidad ligada siempre al amor incondicional y expresivo de mis padres, tampoco fue, sin embargo maravillosa. Este dulce olor a pan me recordó los momentos que vivía en cada desayuno antes de ir al colegio…y sobre todo, mi absoluta dependencia del hogar que tenía que dejar cada mañana para adentrarme en un espacio en el que todo me eran ajeno y contrario. Donde buscaba el colchón de afecto que me cobijaba en casa y solamente era recibida por la indiferencia de los demás y sus interpelaciones ante mi timidez.
He comenzado a rebobinar la película y me he encontrado temblorosa, asustada y débil en un medio al que llegué tarde y en el que siempre fui ajena.
A mí también me queda la tarea de saber qué pasó allí y de qué forma fui tomando conciencia de mi poder interior para superar lo que aparece en mi memoria como un desagradable recuerdo. Conocer cómo logré transformarme en lo que soy ahora; esa será la clave para superar cualquier reto que se me presente.
Encontrar la herramienta que nos empujó hacia el éxito frente a nosotros mismos, es el hallazgo más valioso que tenemos por descubrir…y si ese éxito está aún por llegar…igualmente nos servirá recordar qué situaciones concretas nos desagradaban, cómo son sentíamos y por qué aparecían esos sentimientos en nosotros con la suficiente fuerza para continuar aún hoy en día en el sótano de nuestros pesar.
Hemos iniciado un reto, nada fácil pero fascinante.

3 comentarios:

  1. Era el Amor, el líquido elemento que sostenía nuestros pies y rodillas. Fué el Amor que nos lanzó al espacio vacío...; y el juego comenzó en la búsqueda de ese Amor, llamado aprendizaje. Nos encontramos solitos en un mundo carente de sentido. Y... cuando el Amor vuelve a encontrarnos, entonces sentimos que vinimos para trabajar en su dulzor, en su firmeza, en su rigor, en su abrazo, en su belleza.
    Es el Amor, en mi vida el responsable de mi recuperación, porque alguien y yo misma supe quererme completa.
    Así es como se inicia el reestablecimiento de la conciencia, de la persona. Mas lo que queda dentro, ese poso que emerge y nos debilita, hay que mirarlo de frente, o eso creo.
    Un beso

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  2. Xara me doy cuenta también que todo lo interpretamso en términos de amor/odio...o lo que semejante aceptación y rechazo...esa es la clave...Sí, vamos a intentar mirarlo de frente! Besos

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  3. Tienes razón, esa interpretación dual amor/odio quizás no es la adecuada.Puede ser que así es como aprendí a relacionarme, "esto es bueno, esto es malo". La Aceptación, con mayúsculas, he aprendido (a ráfagas) que supera esos conceptos duales.
    Me voy aclarando...
    Besos

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