Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 9 de marzo de 2021

LA CRUDA VERDAD

 

El controvertido tema de la verdad frente a las mentiras nos deja sin palabras en un momento en el que triunfan estas últimas. Parece que a fuerza de repetir lo que no es, terminásemos convirtiéndolo en realidad.

En este tiempo dónde las redes sociales parecen el grueso de la vida misma, dónde nadie se concibe sin exponerse o lo contrario, de vigilar detrás de un perfil irreal, las mentiras cobran una poderosa vida que contaminan todo.

No nos fiamos de internet… se oye, en materia de relaciones y aún de compras; pero se cae en ello. Algo va mal. Algo no encaja. Estamos demasiado solos o demasiado lejos de la gente de carne y hueso aunque esté cerca.


 

Preferimos una pantalla como escudo y hacemos nuestra particular batalla con las armas encantadoras del engaño y la mentira que, por otra parte, puede que nunca se descubran.

Parecemos extraordinarios. Nos mostramos afables y destinamos todo nuestro encanto a una “seducción” on line” que es mucho menos expuesta.

Efectivamente, nada en sí mismo es malo. Lo convertimos en peligroso nosotros con el uso que le damos. Siempre he mantenido que un cuchillo puede servir para pelar una manzana o para cometer un asesinato. En su utilización está su peligrosidad y ésta, no es sino solamente decisión nuestra.

Es como si necesitásemos afecto. Invisible, no tangible, etéreo e inmaterial pero siempre presente y, a veces, de forma inmediata.

Un “like”, una emoticón sonriente, afectuoso o enamorado nos fascina. Es el reconocimiento anónimo, en muchas ocasiones, lo que revalida nuestra estima y nos hace sentir que estamos en el pálpito de la vida misma.

¿Será que han perdido encanto el bis a bis?. Dar la mano, sonreír juntos, cruzar nuestras miradas, regalar gestos amables o empatizar solidariamente con otra persona o grupo de ellas.  

Nunca deberíamos conceder mejor puesto, en nuestras vidas a los “afectos” telemáticos, sin embargo, la realidad nos dice que éstos deben escasear mucho en la realidad, para tener que refugiarnos en el teclado.

Me sigue gustando el libro en papel. Me sigue encantando coincidir con una amistad y cruzar unas palabras no dichas hace tiempo, me sigue enamorando la vida fresca del día a día en la calle, en la casa, en el trabajo…dónde realmente ves la mirada de las personas y captas su verdadero significado.

Ahí está la vida misma. Tal vez sencilla, tal vez normal, sin aderezos. Lozana y fresca esperando de nuevo por algo más de lo que ahora le damos.

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