Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 23 de octubre de 2017

LAS ALAS DEL PENSAMIENTO



Nuestro pensamiento tiene alas, no hay duda. Y unas alas muy veloces. Antes de que la palabra salga de nuestra boca ya está el pensamiento anidando en nuestra mente. E incluso aunque parezca que no tenemos nada pendiente, nuestro cerebro no hace otra cosa que dar vuelta y vueltas a cualquier tema que instalamos en él.





Las alas del pensamiento nos permiten llegar a todos los sitios; al corazón del otro, a su mente, a aquel lugar que deseamos ver y no parece que nunca sea posible. En definitiva, es lo único que nadie puede gobernar, que nadie puede atar con cadenas…que es libre de verdad.


Empleo muchas veces, habitaciones de mi mente para convocar a las personas a las que tengo que decirles algo y por lo que sea, no están o no es posible tenerlas cerca o incluso no sería conveniente hacerlo en persona.


Allí, a solas, en este lugar sereno y armonioso, me siento en frente de la persona y el cuento lo que siento, lo que me duele de su comportamiento, lo que me gustaría que sucediese…y pido perdón por el mío y agradezco la presencia de ese ser en mi vida porque aunque me haya ido mal con él/ella, seguro que me ha enseñado algo. Lo que no tengo que hacer, lo que no debo repetir, lo que hubiese sido conveniente decir…etc.


La vida está llena de desencuentros, de desilusiones y fracasos; pero no debemos llamarles así. Mejor cambiar el punto de mira y convertirlo en oportunidades de mejora, en aprendizajes que traen crecimiento personal y en trampolines desde los cuales lanzarnos siempre hacia arriba.


Las alas del pensamiento también sirven para soñar. Para visualizar lo que deseamos que suceda y una vez en ello, creérnoslo.


Encuéntrate con las personas a las que tienes algo que decir; vuela hasta los lugares que deseas visitar, sueña con las situaciones que quieres que sucedan. De algún modo, de alguna forma lo haces ya realidad.


Todo un placer usar las alas del pensamiento. Y si ves que se desvían en el camino, mira hacia atrás para no volver a recorrer el mismo.

Luego, sigue volando.

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