Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 25 de octubre de 2017

EL PEGAMENTO DE LOS AFECTOS



No cabe duda que el pegamento de los sentimientos es la confianza. Hablar de confianza es hablar de creencia en el otro, de compromiso y respeto; de permiso y reciprocidad.




No podemos pretender vínculos fuertes sin confiar. Por fuerte que sea el edificio olerá a derrumbe muy pronto, si no es así. Siempre se puede recibir engaños pero en ese caso, es la otra persona la que decide, la que tiene la llave en su mano, la que deja escapar la lealtad.


 A nosotros nos resta la satisfacción de quedarnos dentro muy seguros de lo que queremos y sin culpas ni remordimientos de aquello que nos saltamos.




No hay mayor vínculo que el compromiso en libertad. Hacer lo que se haga porque uno quiere. Las imposiciones del tipo que sean siempre fracasan.

También es cierto que hay un tipo de personas cuya conducta no se altera por nada, que no reconoce la culpa y que la fiesta no va con ellos si algo va mal. En ese caso debe darnos igual, de la misma forma.

 Cada uno que construya su vida con la argamasa que quiera porque aunque crea que es la mejor, si no lo es de todas las formas la vida se encargará de recordarle, en algún momento incluso no conectado con el suceso que experimenta, que hay una ley de la compensación; el boomerang que un día regresa con lo mismo que lanzamos.

Confiar es un alto privilegio que solamente goza quien lo ejerce. El engaño de la otra parte, no es nuestro, siempre será suyo. Algún día se encontrará con lo mismo, sea consciente o no de su actuación.


La vida es muy simple. Funciona así. Para bien y para mal. Porque en realidad, no hay tales categorías, sino acciones que tienen reacciones; cusas que generan consecuencias. 

Y ya está. Así de fácil.

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