Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 25 de agosto de 2013

LO MEJOR EN LO PEOR



         Siempre hay algo bueno, hasta en lo malo. Lo mejor de lo peor suele ser siempre que esto nos pone frente a nuestros límites y por muy testarudos que seamos, la vida termina pudiendo con nosotros. Es posible que no hagamos caso a nada ni a nadie.
Puede ser que nos opongamos a la sensatez, que las dudas nos inmovilicen, la pasión nos arrastre o el miedo nos atenace. Puede, incluso, que para no tener que pronunciarnos nos quedemos quietos esperando un milagro. Puede que seamos sordos y ciegos a la evidencia y puede también que neguemos la realidad esperando no ver lo que se avecina, pero de cualquier modo y en cualquier forma cuando uno no decide, la vida lo hace por él.
Estamos inmersos en un mundo de ilusiones donde parece que el dolor, la angustia o la muerte no existen, que no son nuestros o al menos, que a nosotros no deben tocarnos. Pero a todos nos llega lo malo. A todos nos duele de la misma forma lo que duele de verdad y en eso hay una especie de justicia cósmica que reparte la misma suerte en casos similares tengamos la condición, altura, rango o renombre que tengamos.
Posiblemente, lo mejor de lo peor sea esa equidad con la que el universo impregna la piel del que lo pasa. Porque todos borramos las diferencias cuando estamos en situaciones límite, entonces nadie relega a nadie, ninguno nos miramos el color de la piel o la marca de la camisa.
Cuando sufrimos, lo que nos diferencia solamente está en la dureza del corazón de cada cual. El resto se convierte en un mismo rasero para todos, un único sabor de boca que degustamos cada uno a un tiempo. Por eso, las lágrimas no ruedan todas a la vez y aunque nos parezca que somos las personas más desgraciadas del mundo seguramente, en silencio y sin hacerlo manifiesto, otras, a nuestro lado, pueden tener dramas peores.
Lo mejor de lo peor es que las situaciones que van contra nosotros también nos favorecen porque sin saberlo ellas, nos dan la oportunidad de aprender lecciones rápidas, a corto plazo, que incluyen la humildad, la compasión, el perdón y la misericordia tanto para los demás como para nosotros mismos.
Es conveniente no olvidarlo.

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