Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 11 de febrero de 2013

LA PEDAGOGÍA DEL PLACER

Acabo de recibir un email de un estimado amigo en el que me habla de la pedagogía del placer. Me he quedado pensando largo rato después de leerlo porque algo conectó en mí, inmediatamente, con este planteamiento.
Hasta hace unas décadas, la mayoría conocíamos un axioma muy empleado entre los docente:…” La letra con sangre entra”…Este usado refrán ha traído muchos sufrimientos innecesarios. Los maestros se apoyaban en la necesidad del dolor para que el recuerdo perdurase y los alumnos respondían con miedo. Y sí, posiblemente, la letra entra cuando el temor está detrás, pero también se instala el pánico que se asocia a ella y ese sí que queda dentro para siempre.
Los cambios y las transformaciones en el saber han de producirse ligadas al placer. Es necesario que cuando aprendamos algo nuevo seamos felices con ello, nos guste y nos divierta. Ese trabajo entonces, se convierte en un inmenso gusto por hacer, por actuar, por crear y por integrar.
Siempre he sido defensora de la pedagogía del elogio y al refrán que enuncié arriba, enfrento otro que me gusta sobradamente: …”Mejor con miel que con hiel”.
Soy una persona dulce por naturaleza, lo que no quiere decir que no sepa poner límites a los demás y a mí misma, cuando son necesarios.  Pero estoy absolutamente convencida del poder de la amabilidad y de la cercanía que provoca.
Lograr que lo que supone un trabajo se convierta en un placer es, sin duda, lo mejor podemos conseguir.
Hay que ser felices y hay que serlo la mayor parte del tiempo posible. No podemos imaginar la felicidad metida en una caja para sacar de ella una porción en el tiempo libre.
Estar a gusto, divertirnos y hacer que las horas pasen sin sentir equivale ya a esa felicidad tan buscada que creemos encontrar solamente en momentos explosivos de gozo.
La felicidad serena se halla en la pasión por lo que uno hace cada día sin miedo, sin el temor y la presión de tenerlo que hacer por imposición y exigencia, sin la sensación de tener un castigo detrás del fracaso y con el absoluto convencimiento de que efectivamente lo que hacemos es una de las cosas que de verdad nos gustan.
No quiero que mis alumnos, mis hijos y mis amigos me recuerden con acritud. Prefiero siempre que les quede un ligero sabor a miel.

4 comentarios:

  1. Muy de acuerdo contigo, Flor y Nata, debemos hacer aquello que nos haga sentir, placer, bienestar, alegría, felicidad y paz interior, en realidad hemos venido a esta vida para evolucionar pero sintiendo estos estados vibratorios.
    Yo te recordaré siempre por el placer que provocas en mi al leer tus escritos, llenos de conocimiento y cargados de sabiduría.
    Un beso, Tony

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  2. Gracias Tony. Me alegro mucho de verte por aqui de nuevo. Tus palabras siempre son reconfortantes además de muy positivas.
    Bienvenido de nuevo!!!
    Un abrazo

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  3. Gracias Flor y Nata.
    Siempre he estado aquí,
    Un beso

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