Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 23 de julio de 2012

LLEGAR A TIEMPO

No es suficiente correr. Ni siquiera salir más temprano, ni levantarse antes, ni adelantarse a los demás. No es preciso ser el primero, ni inventarse nuevas horas añadidas al día, ni rescatar momentos que no se tienen. Nada de eso sirve si no es tu tiempo.
Podemos entrar, pasar y observar serenos, si de verdad es el instante preciso. Podemos quedarnos en la puerta y esperar a que lo sea. O incluso, podemos resguardarnos del momento que esperamos lejos, muy lejos de la entrada. Y sin embargo, en todos los casos, el tiempo esperará por nosotros, si es el nuestro.
No vale correr, sino llegar a tiempo. Así sentenciaba un refrán popular en boca de nuestras abuelas. Porque no en cualquier momento podemos mostrar al mundo nuestra presencia. A veces no conviene, otras no es la que debe estar y algunas, no es bien recibida.
Nuestros deseos de ayudar, de poseer, de enmendar, de proteger…solamente pueden culminarse si son aceptados. Si la otra parte lo desea, si de verdad se encuentra en un tiempo de ambos en el que todo es posible. De otra forma, por mucho que lo deseemos, por más que nos esforcemos, por todo lo que luchemos no será posible.
Hay que serenarse. Tener la calma en nuestras manos y derramarla sobre nuestra mente. Esperar tranquilos, detenerse y mirar en silencio el tiempo que corre y nos acerca a lo anhelado.
La carrera que iniciamos contra viento y marea, casi nunca termina en la victoria.
No hay que ser el primero, a veces es mejor ser el último. Aquel tras del cual nadie va a ocupar de nuevo el lugar. El que habiendo llegado tarde acertó en el instante preciso de alcanzar la gloria. Porque ésta, como todo, sucede así…instantáneamente, con la levedad de lo impredecible, con la seguridad de lo definitivo, con la emoción brevísima de prender la chispa que ilumina toda la obra, atemporalmente.
No hay tiempo mejor que otro. Hay que buscar el debido. Ese que nos espera sin antes ni después. El nuestro.

2 comentarios:

  1. "Todo a su debido tiempo", esta frase me desesperó desde que la oí por primera vez, porque el deber del tiempo se presentaba ajeno a mi voluntad, la impaciencia me rondaría por siempre.
    Pero aquí en este espacio, esperar es un placer porque sueles aparecer detrás de algúna de mis inquietudes y eso me calma.
    Un beso

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  2. !!Qué plácida sensación la de poder acertar con la situación precisa y las palabras cercanas a lo que uno necesita!!.
    Gracias Xara...siempre!!

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