Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 24 de julio de 2012

COMO AGUA EN LA SEQUÍA

A veces uno hace cosas que no debe, si es que el deber lo determinan las reglas sociales. A veces también contravenimos las advertencias, las normas internas que desde la infancia gobiernan nuestra vida, los consejos y las reprimendas que hemos llevado como aprendizaje a las espaldas. Pero si se hace así es, la mayoría de los casos por pura y estricta necesidad.
La urgencia puede venir de la asfixia que podemos llegar a tener en nuestro milimetrado entorno. O puede que la soledad, la dejadez a la que nos hemos visto sometidos o el abandono permanente que nos han impuesto hayan calado tan hondo que nos tenga tendidos al sol a punto de morir.
La necesidad puede ser tan grande que no importen las consecuencias e incluso se deseen como forma definitiva de romper de una vez con lo que nos atenaza.
Podemos encontrarnos siendo otros, actuando como otros, respondiendo diferente… sin reconocernos. Podemos encontrarnos como una persona distinta, con alguien al que alguna vez hayamos criticado y otras habremos condenado. Interpretando el papel contrario a lo que siempre creímos que  habíamos sido, jugando con las cartas a favor y haciendo trampas aún así.
Nos hemos podido cansar de ser buenos, de ser condescendientes, de llevar siempre la peor parte. Nos hemos podido hartar de llorar a escondidas, de ser el paño de lágrimas de todos y de no encontrar un hombro para nosotros, nunca.
Hemos podido sentir la miseria de estar al otro lado de la fortuna y sonreír encima, incluso hemos podido romper el silencio del miedo para abrazar la locura de bebernos de golpe la emoción de vivir en la otra cara de la moneda.
En cualquier caso, la pasión de transgredir lo correcto pude hacernos vivir lo necesario y sentirlo como agua fresca en la sequía más demoledora.
No busquemos justificaciones para nuestras conductas incorrectas. No las hay. Pero al menos dulcifiquemos el juicio al que debemos someternos delante de nosotros mismos y pensemos que la necesidad imperiosa de no morir en el abandono de los afectos puede llevarnos muy lejos.
Solamente midamos, en lo posible, las consecuencias para que otros, si se puede evitar, no sufran.

2 comentarios:

  1. La sequía afectiva puede llevarnos muy lejos, y puede también generar espejismos. Cuánta razón tienes. Es fácil hacer sufrir a otros cuando se rompen las normas en busca de ese amor que nos falta, cuando ya todo parece que da igual. Hay que mirarse muy adentro, hasta lo más profundo para encontrar el tesoro inagotable que contiene la vida, fuente de todas las fuentes. El mundo está lleno de sufrimientos que son consecuencia de la necesidad llevada a los extremos.
    Me quedo con tu último párrafo y hago de él mi credo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Xara que razón tienes...!! por amor se pueden llegar a hacer muchas locuras pero creo que aún muchas más por desamor.
    También yo descanso en el último párrafo como el mayor de los bienes para remediar males.
    Mi beso de buenas noches!!

    ResponderEliminar