Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 26 de junio de 2012

NO AMAR DEMASIADO

         A veces uno se sorprende descubriendo que no ama lo suficiente y que tampoco le aman bastante.
         La vida nos pone a prueba en muchas ocasiones pero en algunas de ellas, de forma radical. Nos posiciona ante toma de decisiones en las que compruebas la fuerza de nuestros sentimientos y en las cuales, puedes valorar también cómo reaccionan los afectados ante ellas.
         Amamos mucho cuando solamente se trata de expresarlo con palabras. Creemos que este amor nos lleva a sentir al otro como parte inseparable de  nuestra vida y no podemos admitir que las dificultades reten la valía de lo que sentimos y terminen por acallarlo.
         Tomamos la posición del silencio aunque un volcán reviente dentro. Nos quedamos quietos esperando que sea el otro quien dé el primer paso. Tratamos de pasar como si no estuviésemos, en un intento de no ser vistos. Sin hacer ruido queremos que éste se produzca cuando no llega.
         Demasiadas palabras han sellado en falso las heridas. Compromisos no cumplidos reclaman sus clausulas a pesar de no haber sido expresadas y todo se vuelve gris ante la catástrofe de no sentir el corazón arropado de nuevo.
         Cuando uno ama debe tener cuidado con lo que dice, con lo que siente, con la coherencia de seguir al corazón por delante de la razón. Porque si llega el momento de medir las fuerzas entre ambos, al menos estaríamos preparados para el resultado de la batalla.  De otro modo, podemos vernos sorprendidos por una ola de raciocinio que nada tiene que ver con la emoción de seguir queriendo aunque estemos muriendo por dentro por la persona que se va.
         Estúpida forma de comportarnos si de verdad nos importa aquello que el destino se empeña en mostrarnos que no es para nosotros.
         No amar lo suficiente nos pasará factura desde el primer minuto de la despedida, aunque no incluya la palabra adiós. El hasta luego puede también ser un lapsus eterno sin retorno.

4 comentarios:

  1. Pero bueno, qué pasa aquí!...
    Hace unos días que observo esto que dices. Me sugiere un anticipo a la despedida.

    Esto es lo primero que me vino a la mente cuando leí tu reflexión, "no amar demasiado".

    Después, dí dos pasos atrás y pude ver cómo mi egoísmo me hizo creer que tus palabras iban dirigidas a mí. Quizás las soledad es así de engañosa; es bueno hablar.

    Ahora tengo la impresión de estar observando una batalla, en la que el silencio daña. No te rindas amiga. Me elevo en pared de la montaña para devolverte la sabiduría de tus palabras.
    Un fresco y sutil viento te trae recuerdos agradables y al pasar por tus oídos susurra una palabra contigo siempre, solo una, te quiero.
    Besitosssss!!!

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  2. Xara mi niña...esto responde a una batalla personal en la que no estoy bien dentro y mucho menos fuera!!.
    Gracias por ser el hombro en el que poder consolarme.
    Un enorme beso!!

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  3. Bueno, mi "hombro" es lo más parecido que tengo a un "hombre" y su capacidad de sostener amando. Lo demás , mujer consuelo, ¿qué tal un helado de nata con fresa y vainilla?
    Un beso

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  4. Sí Xara...genial me viene tu hombro_hombre...y sobre todo ese helado de nata, fresa y vainilla que se me deshace ya en los labios!!.
    Gracias princesa por estar siempre para mi!!!***

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