Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 13 de abril de 2012

RESULTADOS DEL SONDEO_ENCUESTA

SI PUDIESES CAMBIAR ALGO EN TU VIDA ¿QUÉ ELEGIRÍAS?
Participantes: 251

Mi infancia______33 (13%)
Mi pareja_______ 26 (10%)
Mi trabajo______ 19( 7%)
Mi carácter_____38 (15%)
Mi autoestima__69 (27%)
Mi forma de ver la vida_66(26%)






Ante la pregunta que compete a la primera encuesta, relativa al cambio qué harías en tu vida si pudieses, las repuestas se han decantado, mayoritariamente, hacia los aspectos emocionales e internos de ver y enfrentarse a la vida. 
La respuesta con más votos es la que alude a la autoestima. La forma de vernos y de querernos depende, fundamentalmente de cómo haya calado en nosotros lo que otros nos hayan dicho y valorado de nuestra persona.
 Hay que saber dónde y en qué momento tuvo lugar esa impronta grabada a fuego que nuestra mente no olvida. El trabajo que tenemos por delante es de “retroceso”, de recuerdo de lo que vivimos en la infancia; porque allí está el tiempo en el que el inconsciente implantó programas de comportamiento por imitación y referencia externa. Lo que nos dijeron nuestros padres, la forma de tratarnos, la estima hacia lo que decíamos o éramos, la visión de nuestros amigos…todo ello fue construyendo una imagen, en este caso debilitada, que nos remite continuamente a una infravaloración de lo que somos y valemos.
De esta manera, hay que extraer el subconsciente a la parte consiente de la vida y en la medida de lo posible, reprogramar lo que en él nos destruye. Entre otras cosas porque no es nuestro, no son opiniones nacidas de nuestra propia valoración, sino que parten de la visión de otros y de sus propias deformaciones vertidas en nuestra persona.
Comenzar por “querernos”, equivale a desoír al resto y a comenzar por escuchar lo que tenemos que decirnos desde nuestro propio corazón. Aprendemos a vernos como nos ven y a valorarnos como nos valoran. Es tiempo de romper estereotipos y dejar de lado las opiniones del resto, que son solamente suyas y que están emitidas bajo sus exclusivas circunstancias.
Esta baja autoestima que prima entre los encuestados lleva a que la siguiente opción más votada sea precisamente la forma de ver la vida. Al elegir ésta se presupone que dicha forma es pesimista y abrumadora y por lo tanto, eso no ayuda. Efectivamente, si mi autoestima es baja, si no me valoro lo suficiente para tener seguridad en mi mismo, tampoco me veré capaz de salir al mundo y conseguir de mi lo mejor en él. Por tanto, un ángulo de visión limitado y caótico produce unos sentimientos de inferioridad con los que es difícil abrazar la lucha exitosa.
Lo primero es, ciertamente, ganar seguridad en nosotros mismos, creer en la valía que tenemos y en lo mucho que nos queda por demostrarnos lo poderosos que somos y los válidos que seremos. Y más tarde estaremos espontáneamente preparados para salir a la vida y verla con otros ojos. No ubicar en ella el espacio de nuestros miedos, sino saber que es un mundo lleno de oportunidades que nos esperan.
El carácter como tercera opción más votada, es una simple consecuencia de una autoestima deficiente y una visión de la vida inadecuada donde siempre perdemos. No hay que confundir carácter con temperamento.
Éste es el resultado de la genética, de los aportes heredados de los progenitores en el que puede intervenirse con grandes dosis de hábitos y rutinas que lo modelen pero cuya constitución hereditaria dificulta las intervenciones programadas. Sin embargo, el carácter es el resultado de modelar el temperamento a gusto de de las circunstancias por lo cual, no sorprende que sea consecuencia de los dos anteriores parámetros.
Podemos modelar el carácter y de hecho cambiará si nuestra autoestima camina hacia el alza y vemos la vida de otra forma. Es un simple resultado de acciones reiteradas. Cambiarlo es posible.
El peso de la infancia es una constante consciente para el 33% de los encuestados. La impronta de 0 a 6 años va a ser definitiva en la vida adulta. No podemos cambiar lo que pasó pero sí podemos rehabituarnos a cambiar lo que en ello seamos consientes que nos daña. Es un trabajo que requerirá mucha paciencia y buenas dosis de credibilidad en nosotros mismos.
Por último, la elección de la pareja o el trabajo hace que sean parámetros aleatorios  en los cuales el cambio tendría una solución más factible y sencilla. No dependen de nuestras condiciones internas, no están ligados a patrones de conducta impresos en nuestro cerebro. Por estar “fuera” de nuestro ser, en principio se presuponen como posible factor de cambio en el que no tendríamos que implicar nuestro subconsciente ni trabajarlo con la dificultad añadida que esto representa.

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¿CUÁL DE ÉSTOS CONSIDERAS TU PUNTO DÉBIL?

Participantes: 228

Asumir cambios____14 ( 6%)
Tomar decisiones__32(14%)
Cumplir Objetivos__38(16%)
Superar Adicciones_19(8%)
Saber decir “NO”__47(20%)
Falta de Confianza__78(34%)




Las respuestas, en la segunda encuesta, han sido de idéntico signo que en la primera y re abundan en la idea que nos transmitía la falta de autoestima elegida en la primera como opción más votada.
La Falta de confianza en mi valía, está relacionada con la baja autoestima. “Creo que no valgo”, “que todo lo hago mal”, “que no soy lo suficientemente bella”, “que no me expreso bien”, “que soy lenta reaccionando”, “que no tengo carácter”…y un sinfín de mensajes negativos que minan nuestra fortaleza mental.
No podemos salir a la vida, cada mañana, pensando que no valemos. Porque entre otras cosas NO es verdad. Todos valemos muchísimo, la diferencia es que no nos han enseñado a verlo, no nos lo han valorado cuando nuestra referencia para conocernos eran los demás. No hemos desarrollado la suficiente fuerza como para demostrarnos a nosotros mismos y al resto que están equivocados.
Nos toca un aprendizaje que requiere comenzar YA MISMO. Ni un minuto que perder para recomponer nuestro mapa interior.
Cuando uno duda de sí…tampoco sabe decir “NO” porque cualquier opinión paree mejor que la suya. Porque nos sentimos culpables de cómo se sentirá el otro ante nuestra negativa y porque jugamos un papel que no nos corresponde. Debemos ser fieles a nosotros mismos. No podemos identificarnos con la persona que tenemos enfrente y menos culpabilizarnos de lo que sienta  ante nuestra coherencia con nosotros mismos.
La seguridad en que lo estamos haciendo bien si seguimos a nuestro corazón deja de lado todas las dudas. Sigamos aquello que nuestra mente piensa ante un problema y no volvamos a dudar. Generalmente replanteamos una y otra vez las cuestiones ante las que tenemos que tomar una postura. Y las damos mil vueltas antes de decidir. En ese proceso de rumiación perdemos irremediablemente el sentido de lo que nos conviene y cedemos nuestro derecho a sentirnos y decidir de una forma determinada por el resultado de la valoración de los demás de nuestra opinión. Tenemos que importarnos más. Somos lo mejor que tenemos y tendremos siempre. Nuestro amigo más fiel. ¿Podemos entonces ir en contra de nuestra mejor compañía?.
Cumplir objetivos y tomar decisiones siguen en la valoración de lo que más nos cuesta.
No es sencillo decidir cuándo dudamos tanto de nosotros mismos.  La toma de decisiones conlleva seguridad y sobre todo valentía para encarar los resultados de las acciones y enfrentar los cambios. A veces, preferimos quedarnos quietos en nuestro mundo conocido sin colores que acometer la posibilidad de ver el arco iris. No es sino la consecuencia de nuestros miedos puestos al servicio de los fantasmas con los que llenamos nuestra mente. Cortinas de humo que comenzarán a desaparecer si logramos esa autoestima que nos permita lanzarnos como cometas al viento en busca de nuestra identidad. Asumir cambios será entonces un camino abierto al enriquecimiento interior de insospechadas consecuencias.
La superación de adicciones queda como resultado final de una voluntad fortalecida donde comenzar una vida nueva sin cadenas será nuestro mejor logro.
Gracias por participar en este sondeo que nos da la pauta de lo que está sucediendo a la gran mayoría, al menos, de nuestros lectores. Reflejo, sin duda, de los problemas que emocionalmente predominan en gran parte de la gente.

2 comentarios:

  1. Es cierto que la autoestima es la base de todas nuestras construcciones, mentales y no mentales. El mundo que estamos creando, al que llamamos "loco mundo" no es más que un reflejo de todo eso.
    En busca de la libertad del ser humano, hemos de dirigir nuestra mirada hacia el oeste, las emociones, que por lo general son responsables de todo el entramado de inseguridad e inestabilidad que nos rodea en el exterior y al que estamos sometidos interiormente.
    Es fantástico ver luces en el camino.
    Un beso inmenso!!!

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  2. Xara es muy cierto lo que apuntas. Las emociones son las clave de una vida feliz!.
    Nuestros fantasmas se esconden debajo de la autoestima; una autoestima aprendida en base a cómo nos han visto y valorado los demás.
    Es hora de volver la vista al interior y tener una visión holística de nuestro ser. El cambio podemos hacerlo desde ahora mismo porque la VIDA COMIENZA EN ESTE MOMENTO, en cada momento que pasa...siempre es un nuevo comienzo!!.
    Gracias por estar ahí.
    Un beso

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