Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 24 de noviembre de 2011

TODO LO QUE NOS ATRAPA

Todos somos adictos a algo. En algunos casos las adicciones pasan por sustancias evidentemente perniciosas. Ellas al menos, delatan, de forma manifiesta, lo que son y a lo que obligan. Y en ese caso es más sencillo, dentro de la enorme dificultad que entraña, comenzar la desintoxicación a la que uno debe someterse. Lo peor son las adicciones sutiles, que apenas se hacen notar ante los ojos de los demás; que solamente conocemos nosotros y que nos atrapan fatalmente. Esas, a las que no queremos poner nombre y ni siquiera reconocer que están instaladas en nuestras vidas y nos dirigen. A veces se convierten en pesadillas interminables que nos persiguen sin cesar para darnos a entender que no nos libraremos de sus cadenas y que si logramos hacerlo, de nosotros no quedará nada porque se lo habrán llevado ellas. Tenemos miedo. A veces un miedo irracional e infundado a muchas situaciones que se presentan en nuestra mente con apariencia real aunque aún no hayan llegado. Y nos aferramos hasta lo que detestamos con tal de no sufrir el fantasma de las carencias a las que no someterá prescindir de las soluciones, que al final son nuestra condena.
 Una de las que cobra más fuera es el miedo a estar solos.  Lo hemos comentado en otras entradas del blog. La soledad sentida es la peor soledad que nos puede venir encima. Generalmente nada tiene que ver con la soledad real y física pero se engancha como una lapa al corazón para tejer un manto de temores sobre él, suficiente como para buscar compañía allí donde incluso no debemos.
La falta de comunicación constructiva, de ese intercambio fructífero que nos hace sentir plenos, nos encamina a buscar interlocutores de los que, tal vez, tampoco sea fácil prescindir.
La carencia de afecto ligada, a veces, al vacío que sentimos en las relaciones diarias, nos aboca a admitir amistades que en otras circunstancias no se habrían frecuentado.
La debilidad de carácter nos vuelca y nos confunde para ir a parar en manos de los más fuertes. Todas las insatisfacciones indeterminadas que uno siente y que se resumen en no ser feliz día a día, nos atrapan cuando buscamos resolverlas a cualquier precio y en cualquier lugar o tiempo.
Habría que calmarse. Tomarse el tiempo necesario para estar con nosotros sin tener la sensación de que nos falta el aire si no nos apoyamos en las adicciones que nos fagocitan. Deberíamos crearnos espacios y tiempos serenos para conocer al amigo definitivo que nunca dejará de estar a nuestro lado. Comenzar por dejar de necesitar. Por convencernos que nada de lo que creemos imprescindible para seguir, lo es. E ir soltando poco a poco…un pedacito cada día…de aquello que en el fondo nos pesa como una losa. Iniciar la marcha con un primer paso. Firme y  seguro. Definitivo y reconfortante. Porque nada es más liberador que haber vencido una adicción. Más tarde, cuando podamos observarlo en otros y ver su sufrimiento…estaremos en disposición, desde la satisfacción más plena, de tenderle nuestra mano para ayudarle a mover sus pies, la primera vez en ese primer paso que nosotros ya hemos dado.

4 comentarios:

  1. Tienes razón, y cada día me parece más dificil encontrar afecto sincero. Cercanía en las miradas, en los abrazos. Y sí, me cuelgo de todo lo que se mueve, sin discriminar si es bueno o no para mí. O bien me aislo para evitarlo. Siento una gran dificultad a la hora de empatizar y encontrar apertura.Y en ocasiones dirijo situaciones que terminarán pronto porque carecen de la base afectiva necesaria para crecer.Un beso
    Xara

    ResponderEliminar
  2. Xara esa es una situación más común de lo que puede parecerte. hay que comenar por NO necesitar, aceptando que llegará lo mejor cuando realmente no lo abrasemos con nuestra ansiedad. Hemos de dar ese primer paso de la caminata que nos queda. Somos muchos. No estás sola.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Gracias por tu apoyo Flor y Nata.Tengo todas las claves a mi alcance para poder decir No, pero aún estoy enganchada a la ausencia de afecto infanatil. Soltar me asusta, porque en este mundo que vivo, todo son ataduras, así lo siento. Si me mantengo en la comodidad, mi energía se vuelve contra mí. Si me suelto ando sola, sin dirección. Debo quedarme quieta, sumisa al devenir, esa es la única manera de encontrarme en la autenticidad perdida. Un beso
    Xara

    ResponderEliminar
  4. Posiblemente, ahora es tiempo de quietud, de estar sin más. Cesar en la búsqueda para que nos busquen...no sin antes haber alcanzado nuestro propio conocimiento y sobre todo nuestro control sobre lo que decidimos sentir y con quién. No hagas nada. No hace falta. Porque a veces nos enfocamos en lo que NO queremos a base de desearlo tanto, mientras perdemos lo que tenemos en el proceso de ansiar lo que no llega. Tómate un rspiro, un momento de calma...y ten una espera activa.
    Besosss...Xara.

    ResponderEliminar