Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 21 de noviembre de 2011

MUCHO TRABAJO POR HACER...

No me gusta la política o más bien me ha dejado de gustar hace tiempo; incluso después de haber estado en ella de forma activa. Dejé de creer en base a lo que vi de todos los lados. Sin embargo, con el tiempo me doy cuenta de que hay que recuperar la esperanza por el ser humano en todas sus dimensiones. Cuando los momentos son más críticos, cuando todos nos estamos asfixiando en la gran mentira que cubre a otras muchas, cuando no queda más que volver a empezar…entonces no hay más remedio que reinventarnos. No queda otro camino que la certeza de que el hombre cuenta con una herramienta que puede poner a funcionar después de haberla tenido atrofiada: el corazón. Necesitamos volver a creer en las inmensas cualidades perdidas. Necesitamos volver al origen, retomar el punto de partida y comenzar a caminar de nuevo, paso tras paso, lentamente pero de forma segura. Hemos perdido el rumbo hace tiempo. Estamos estancados en el todo vale. Los fundamentos de la moral han sido pisoteados una y otra vez. La honestidad parece un nombre sin contenido, la honradez y la fidelidad se han convertido en motivo de risa. El compromiso y la palabra dada, no obligan. El sentimiento de solidaridad, la colaboración que da cobertura a la protección de los más débiles es una utopía. Tener más, llegar más lejos, salir más en la foto, ocupar un sillón más alto a costa de lo que sea ha sido, demasiadas veces, objetivo oculto para muchos personajes vinculados al mundo de la farsa política. Y poco a poco…después de mucho…hemos dejado de creer hasta en nosotros.
Sea quien sea y como sea hay que recuperar la fe en las instituciones… pero solamente podremos hacerlo en base a una honestidad que debe prevalecer por encima de ningún interés personal ni corporativista. Creer en la voluntad de trabajo, creer en esa sagrada intención de avanzar con los más desfavorecidos, con aquellos que deben ser prioritario objetivo de toda la sociedad. Queda mucho trabajo por hacer…no sólo en la gestión de los rudimentos y engranajes que permiten seguir a las instituciones, sino en cada uno de nosotros. No necesitamos un compromiso global, sino individual. Uno a uno. Persona a persona…sintiendo la responsabilidad de encontrar el sentido de lo justo, de lo honesto y de lo honorable. Retomar la pulcritud con nuestras acciones, volver a ser como D. Quijote…unos locos enamorados de una realidad paralela a la que existe, porque ésta no funciona. Y romper lanzas a favor de los sentimientos puros y volver a vibrar con el todo en cada empeño en el que nuestra presencia se responsabilice de una parte. Sentir que poco a poco estamos, de nuevo, en el camino para compartir el gozo de salir a delante sin contiendas, sólo con voluntades compartidas. Nunca se consigue más que cuando las personas se unen frente al mismo dolor. Por ello, sin abrazar colores, ni signos, ni números, ni estandartes concretos; desde la posición de cada cual, hagámoslo posible.

2 comentarios:

  1. Si la vida es color, en tantos y tantos matices, y los colores en la Naturaleza están siempre complementados, porqué hacemos tantas diferencias en la política?. Las ideas, los ideales, de cada persona siempre estarán en su sitio combiados con otros matices difuminado el límite, como en el Arco Iris. La democracia actual ha eliminado los colores y todo vale porque nadie comprende su propio cromatismo. Individuos ajenos a su corazón, tintados de deseos insatisfechos, esa es la contienda entre política y ciudadano.Ese es el trabajo, volver como dices a recuperar los propios valores, y trabajar con ellos. Pienso igual que tú en este sentido. Un abrazo
    Xara

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  2. Gracias Xara, es la única forma de poder con la situación. Uno a uno, personalmente, defendiendo y exigiendo que se restablezcan los valores más sagrados que protegen la vida.
    Un beso

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