Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 22 de noviembre de 2011

DESCONFIANZA, UN VENENO SIN RETORNO

Vivir preso de la desconfianza absoluta de todo y por todo, debe ser horrible. La necesidad de probar a la gente que tienes alrededor e incluso a la que dices amar proviene, sin duda, de una absoluta inseguridad en uno mismo, a veces, incluso no percibida, ni consciente. Surge de una manifiesta suspicacia que presupone en todo un peligro que amenaza a la persona constantemente.  Nos habla también de la urgencia que sienten, estos siervos de la duda instalada en los demás, de contar con un escudo detrás del que librarse de la piedra antes de que esta llegue. Lástima que esta actitud nunca les permita saber si están delante de quienes nunca les traicionará, enfrente de lo que no tiene doblez o de aquello que no puede darse la vuelta porque sólo tiene una cara.  
La verdadera vida de estas personas se debate entre la presencia de la intriga o la instigación y el absoluto deseo de controlarlo todo por miedo a que si algo se escapa se esté urdiendo la trama de un complot para terminar con ellos.  Observan, escuchan, miran, rebuscan, otean y sospechan…siempre sospechan, con razón o sin ella, para poder abordar el “por si acaso” que les incluya. No son capaces de reconocer el lado blanco de la historia, ni se conforman con lo que parece bueno, porque en el fondo están convencidos de que tal suerte no puede ser de ellos sin que algo falle y quieren estar antes de que la frustración llegue, de que el fracaso haga presencia. Quieren adelantarse antes de que aparezca para que nadie pueda decir que son estúpidos y quedarse con la enorme satisfacción de haberse, tal vez equivocado, pero, ante todo, sanado su orgullo.

5 comentarios:

  1. Me rechina un poco esto que dices. Y es que soy una de esas personas que conviven con la desconfianza a veces. Y como soy una de ellas entiendo que la confianza solo la devuelve el que sabe, el que escucha, el que tiene compasión. ¿La confianza se gana o se tiene?, ¿Debió perderse alguna vez?. La confianza es fé en los demás, y quien desconfía del otro, ya sabemos en quien no confía realmente.Me suena a crítica esta reflexión, aunque pudiera ser que esté proyectando algunos pasajes de mi vida en tu mensaje.El reto anterior, que propones, trata de eso por lo que veo, saltar a ese vacío, romper el miedo al dolor, estrangular el rencor, con el reconocimiento del valor que tuvieron todos los acontecimientos de nuestra vida.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo anterior de Xara.

    ResponderEliminar
  3. Xara, yo comenzaría por dar confianza primero siempre...es un poco como la presunción de inocencia...hasta que no se demuestre lo contrario...puede que sí, que con ello nos llevemos golpes, nos hagan daño y salgamos heridos...pero creo en el ser humano por lo cual,con el próximo que me encuentre seguiré comenzando por confiar...tal vez merezca la pena.

    ResponderEliminar
  4. Flor y Nata, me gusta mucho esta última reflexión, que comparto plenamente.

    ResponderEliminar
  5. Xuan, efectivamente la falta de confianza es un veneno que hace estallar cualquier relación. Gracias por el comentario.

    ResponderEliminar