Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 13 de abril de 2019

¿JUEZ o VÍCTIMA?

Hay cosas que no cambian, cosas que no cambiarán nunca porque forman parte del ADN emocional de la persona; grabadas  a fuego en el código genético de la emoción y que nos acompañarán hasta el último de nuestros días.


Hay personas que no pueden expresar afecto. Personas que aman pero sin decirlo y otras que se vuelven locas por abrazar, besar y transmitir lo que sienten reforzando la intensidad de sus emociones y quieriendo que los demás participen de ellas.

La forma en la que sentimos y el modo en el cual lo expresamos dependen mucho de los modelos recibidos en la niñez. 

Nuestras maneras de reaccionar también son distintas. Y a la persona que se culpabiliza por todo, les sigue aquella que se perdona todo. 

Al juez le acompaña la víctima. ¿Dónde te posicionas tú?.
No es fácil ver los errores en uno mismo, pero sí lo es juzgar los de enfrente. Frecuentemente, lo nuestro nunca tiene importancia porque lo privamos de todos los atributos de molestia y dolor que el otro puede sentir. Otra cosa diferente es cuando nos sentimos el centro del problema, entonces por muy desastrosa que haya sido nuestra actuación siempre es peor la del contrario. 

Es una forma de defensa mental y hasta un modo de pasar por la vida sintiendo que la arrogancia nos arropa y defiende de conocernos realmente y ser consecuentes con ello.

No dejes que si hay un juez dentro de ti, condicione tu existencia; no permitas que si te sientes víctima todo te dañe. No consientas que el perdón sea una moneda de una sola cara que siempre sale en tu mano mirando a tus ojos.

Todos somos iguales. Cometemos errores y tenemos virtudes. El matiz está en el grado de coherencia que haya en nuestra conciencia.

El resto son sólo palabras vacías.

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