Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 28 de noviembre de 2018

LA ESTRELLA DE CADA UNO


             Nos gusta pensar que algo o alguien nos protegen. Muchas veces, aquellos que dicen no creer en nada, al menos piensan que los que ya no están y les han amado en esta existencia, están ahí, cerquita, vigilando nuestra vida para no dejarnos caer o para evitar que las desgracias hagan diana en nosotros.



             Cuando somos pequeños nos hacen mirar al cielo y ver las estrellas como guías que nos van indicando el camino mientras podemos elegir una de ellas. Y la elegimos con todo el sentimiento puesto en que esa es la nuestra, en que nos ayudará si es necesario y sobre todo, en que tras ella hay una fuerza poderosa que todo lo puede.




             Pensemos como pensemos y aunque no sea de esta forma, mirar al cielo en una noche estrellada siempre ha sido un espectáculo de inmenso calado en nuestra alma.

              Esa luz tan intensa que resplandece fulgurosa en un espacio oscuro e indefinido, el silencio que crean a su alrededor cuando enmudecemos ante ellas, la sensación de plenitud que nos embarga viajando, en un segundo, a través de nuestra pupila, a la velocidad de la luz es la que nos deja sin palabras en deliciosa calma.

             Tener una estrella propia es contar con un tesoro inmenso. Si no la tienes aún, elije una. Mira despacio, hay muchas. Una de ellas ya te ha elegido a ti. Lo sabrás cuando retires la vista del cielo y la vuelvas a colocar allí.

¿La tienes?. Esa es tu protección. 

             El encanto no está en que a una de ellas la hayas bautizado como propia. La magia opera dentro de ti, en tus creencias, en donde has depositado el foco de tu fe.

Probemos. Además de divertido es sumamente reconfortante.

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