Todo
en la vida se resume en esto. ¿Truco o trato?. La misma vida y la muerte, su
otra cara, se debaten entre ambas opciones.
El
día que permite el tránsito al mes de noviembre recoge, en esta pregunta todo
el funcionamiento de las relaciones humanas. Lo que no es truco, es trato.
Cuando
estableces una relación del tipo que sea con alguien, aunque sea mediante lazos
de sangre, siempre hay un intercambio.
Cada uno de nosotros pone su parte. La vida se fundamenta en el equilibrio. No
podemos poner toda la carne en el asador solo de un lado.
Por
otra parte, muchas veces, la gente engaña. Usan la parte del truco. Ofrecen, adulan,
adornan el escenario para luego hacer
juegos de magia en los que solo queda humo en el que ni siquiera podemos ver.
Hay
que elegir entre ser engañados o dar para recibir. Esta es la propuesta de la
noche de difuntos. Esta es la oferta que
se nos pone delante cuando salimos al mundo.
Y
en realidad, queramos reconocerlo o no, todo se basa en elegir de qué lado
vamos a estar. O ir de tratantes de trucos o colocarnos en la cuerda floja de
confiar a cualquier precio en todo el mundo.
De
cualquier forma el trato no nos lo evita nadie así que será la mejor opción para
esta mágica noche donde la vida y la muerte se juntan en un hilo muy fino.
Y
tú y yo; ellos y los otros. Todos. Podemos no saber hacer trucos pero lo que es
seguro es que haremos tratos. Rubricaremos pactos, sellaremos acuerdos,
firmaremos paces, daremos y recibiremos y la propia vida nos enseñará que no
podremos olvidarnos da dar si queremos seguir recibiendo.
Un
boomerang que hoy se convierte en calabaza.
¡Feliz
Halloween ¡
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