Muchas veces lo que necesitas llega a tus manos sin querer. Ello te busca a
ti. La energía que nos envuelve se ve afectada por todo lo que nos sucede. Por
lo tanto cuando estamos debilitados por nuestras angustias, los problemas que
nos llegan o las debilidades que padecemos, algo se mueve en el aliento que nos
impulsa a vivir, algo en las ayudas invisibles con las que seguro contamos,
algo muy sutil que dispone los recursos a nuestro favor y nos deja cerca
señales que nos ayudan, si sabemos verlas.
“Lo que resiste, persiste”.
Esta frase es la causa de muchas de nuestras penas. La resistencia a lo que
debería estar fuera de nosotros equivale a la persistencia de lo que nos daña.
Somos nosotros mismos los que dejamos vivir a nuestro lado al dolor, sobre
todo el que alimentamos con esta imaginación nuestra siempre tan parlanchina.
Sin embargo, el dolor también enseña. Nos cambia. Nos revoluciona. Nos deja
tirados para ponernos a prueba. Nos sitúa frente a nuestros límites. Y nos
desliza a través de ellos para renacer de nuestras cenizas.
Os dejo este texto que he leído recientemente. Me gustó.
Espero que os aporte luz en este tema.
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(…) “ La palabra resistencia tiene varias resonancias. Para evitar cualquier equívoco sugiero mirar a la resistencia desde una perspectiva amable, más relajada antes que motivo para el relajo.
(…) “ La palabra resistencia tiene varias resonancias. Para evitar cualquier equívoco sugiero mirar a la resistencia desde una perspectiva amable, más relajada antes que motivo para el relajo.
La resistencia significa firmeza, aguante,
obstinación, tenacidad, entereza, intransigencia, correa –no confundir con
apellidos, por favor-, severidad, consistencia, solidez. Y podríamos añadir
otros sinónimos: potencia, nervio, fibra, pujanza, poderío, reciedumbre,
robustez, vigor, fortaleza, fuerza, energía, eficacia, ánimo, brío, empuje,
coraje. Pero hay también un interesante sinónimo: rebeldía, obstrucción,
indocilidad, reacción, desobediencia, forcejeo, barrera, defensa, parapeto,
barricada, repulsa, negativa, antagonismo, desafío, oposición, disconformidad,
desacuerdo, renuencia, reluctancia, contrarresto.
Por
la vía de la exclusión podríamos identificar qué no es la resistencia. Y se nos
viene a la mente los antónimos de resistencia: debilidad, pasividad, flojedad,
blandura, dejadez, desinterés, ineficacia, agrado, despreocupación, renuncia,
resignación, obediencia, docilidad, sumisión, fragilidad, inconsistencia,
acuerdo, conformidad, enfermedad.
Podríamos preguntarnos -en tono amable-
cómo resiste la mujer a un marido infiel o mujeriego; o el marido a una mujer
infiel o algo parecido. La resistencia, en este caso, tiene un límite para
ciertas personas. Y puede terminar en una resistencia pasiva –desde no hacer
nada, asumir la ‘ley del hielo’ y seguir así hasta el final. O pensar en la
separación o divorcio: ¿resistencia activa?
¿Y qué pasa con la resistencia al dolor?
Pilar Sordo, una psicóloga chilena, plantea en su reconocido libro ‘Bienvenido
dolor’ algunas ideas interesantes al respecto.
“El dolor –dice- no necesariamente es malo
o pernicioso. El dolor puede ser fuente de aprendizajes si se administra bien, e
incluso ser fuente de felicidad. ‘La llegada del dolor es inevitable, pero la
elección por el sufrimiento depende enteramente de nosotros’, expresa la
escritora. (…)
Este contenido ha sido publicado
originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/resistencia-otros-enfoques-significados-faustosegovia.html.
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