Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 17 de junio de 2014

NO QUIERO CRECER



Vi ayer el título de este libro de Pilar Sordo y me quedé pesando en él. Eso es lo que en realidad a mi me hubiese gustado también, muchas veces.
Será porque allí, en aquel rincón de mi infancia fui excesivamente feliz. No sé si la felicidad será cuantificable o existiendo ella, ya lo es todo. No sé si en realidad esta grata sensación se circunscribe al cariño que sentía a mí alrededor; si eran aquellas muñecas gigantes que comenzaron a ser mis hijos o si las golosinas hicieron también su papel en lo dulce del recuerdo. No sé, incluso, si fueron las primeras emociones  amorosas en la primavera, o los descubrimientos de aromas, sonatas y poemas los responsables de dejar esta huella en mí.
De todos modos, uno siempre busca un refugio cuando los fantasmas vuelven, cuando el miedo a una sombra aparece, cuando aún, los ruidos en el silencio nos enmudecen. Y en esos momentos, el corazón vuelve la mirada sobre sí mismo buscando la mirada de aquellos ojos que siempre nos seguían para protegernos, o la mano que nos ayudaba a levantarnos después de rompernos la piel de las rodillas. Buscamos quien nos rescate de la pena, del dolor o incluso de la indiferencia que va invadiendo el alma, como una mancha de aceite sobre el agua, aniquilando las ilusiones que quieren alzar el vuelo con las alas rotas.
Crecer siempre supone romper el cascarón, dejar el dulce hueco del útero materno, abandonar el cálido colchón de agua que nos mantiene a flote con el alimento suficiente o el silencio amoroso en el que se desarrolla nuestros primeros momentos de vida. Luego, más tarde, ningún colchón vuelve a ser igual. No vale buscarlos, es inútil.
No hubiese querido crecer, en algunos momentos. En otros, pienso que me hubiese perdido la maravillosa sensación de  seguir la vida con la inercia del amor que me llegó de aquellos días y lo mejor, de compartirlo con nuevos seres que a su vez lo multiplicarán infinitamente.

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