Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 21 de noviembre de 2013

TALENTO Y EMOCIÓN



Cada día me doy más cuenta que lo único importante, al fin y al cabo, es ser feliz. Nos empeñamos en seguir una línea ascendente, desde la niñez, que de cualquier forma nos haga tocar el éxito aunque nos equivocamos en el concepto del triunfo.
Pensamos en ganar dinero, en alcanzar una posición social elevada, en ser conocidos, en ser respetados o al menos temidos, pero ante todo en lograr todas las cartas que nos hagan un palo de la baraja triunfador. Sin embargo, la mayoría de las veces desperdiciamos el talento en función de la rentabilidad.
Hoy en día nadie piensa en ideas románticas con respecto al trabajo que desempeña. Aquella actitud que servía de guía en nuestra juventud, cuando estudiábamos una carrera, hoy pierde el sentido. No se trata de lo que nos guste hacer, sino de lo que podamos conseguir. Así es mucho más difícil añadir los ingredientes que hagan el necesario caldo de cultivo para potenciar la excelencia y la creatividad en cada persona.
Hay tres referentes que deberían servir de criterios unánimes para ejercer cualquier profesión o actividad.
Uno de ellos es la pasión que nos suscite, la parte de emoción que debería empujarnos a ese trabajo. El querer lo que se hace aunque no se haga lo que se quiere. Hay que terminar enamorándonos de aquello a lo que nos dedicamos, sea lo que sea, aunque no nos guste. Y si no podemos llegar a enamorarnos al menos coquetear con lo mejor que tenga esa actividad.
Otra premisa será el propósito que nos dirija en ella. Un sentido noble que nos haga mirar más allá de nuestros intereses y, de alguna forma, encontremos una contribución a los demás a través de lo que hacemos.
Por último, hemos de darle un sentido lúdico. Que lo que nos ocupe tenga algo de juego y podamos buscarle una dimensión expansiva.
Si de alguna manera, con lo que hacemos, contribuimos a que la gente se sienta mejor, en lo que sea o a través de lo que sea…será la culminación de un juego de malabares. El más importante quizás en estos tiempos: convertir algo para lo que no creemos haber nacido, en lo que nunca nos habríamos ubicado y que nunca hubiésemos elegido, en una posibilidad de ser felices mientras llega aquello que anhelamos.
Estoy segura de que todos tenemos nuestro propio talento, nuestra capacidad de emocionarnos y la posibilidad de ponerle pasión hasta a aquello que no es lo nuestro.
Solo así podremos sobrellevar este mundo dislocado donde nadie está donde quiere, ni, en muchas ocasiones con quien quiere, ni tal vez haciendo lo que debe. Pero al menos lograremos extraer lo mejor de cada situación disponiéndola a nuestro favor y no al contrario.

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