Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL BESO DEL MIEDO



Es  curioso como las personas pasamos por los mismos trances sin saberlo. Imaginamos que lo que cada uno vivimos es algo único; a veces, de lo peor que puede pasar y que esta angustia que vivimos en la soledad de nuestra intimidad es, cuanto menos, inconfesable.
El otro día escuchaba a un personaje muy conocido en España cómo había sentido miedo al besar a su padre muerto en contraposición a todo lo que le quería y había sentido por él. Su rostro frío y aquella inexpresión infinitamente ausente, le había dado miedo.
¿Miedo, piensa uno cuando pasa en suceso?¿miedo a quién tanto se ha amado?¿miedo a no saber si está ya en ese cuerpo o es un cuerpo vacío?¿miedo aunque sea un ser inerte?¿miedo a  encontrarnos con la muerte ante nosotros con sus incógnitas llenas de definitiva huída?.
Me causó sensación porque yo sentí lo mismo y porque de igual modo, me sentí culpable de aquel impresión mucho tiempo; aún me asalta en muchas ocasiones.
Quisiera haberme despedido con lágrimas, con rabia o con dolor infinito hecho gritos. Quisiera haberme acercado sin huir. Quisiera no haber posado levemente mis labios sobre su rostro como si estuviese a punto de salir corriendo. No tiene sentido y sin embargo, he comprendido, el otro día, que no me ha pasado a mi sola. Que realmente uno se asusta ante lo que no conoce, ante la pérdida inexorable, ante la nueva situación de seguir amando sin amada o sin amante.
No me perdono que el paso de su muerte por mis manos fuese tan breve y sin embargo, me reconforta otra sensación profunda que sentí también en aquel momento: la de que ella no estaba allí ya. Que en realidad tenía ante mí el templo que había recogido su alma y que tantas veces sirvió para expresarnos el afecto, pero que su espíritu grandioso y lleno de luz se encontraba en otra dimensión desde la que poder seguir amándome.
No se muere dos veces, por lo tanto no podré remediar lo que sentí entonces. Me quedo con lo feliz que fuimos durante su vida, al fin y al cabo, eso seguro estuvo dentro del bagaje de sentimientos que se llevó consigo para seguir siéndolo.

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