Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 29 de enero de 2013

¿...Y SI ERES UN ÁNGEL PARA OTRA PERSONA?



En ocasiones, uno piensa que no es importante para otros; tal vez porque demostramos poco y mal los afectos, lo que no quiere decir que no los sintamos.
A veces, podemos llegar a pensar que nadie nos quiere verdaderamente o que muy pocas personas lo hacen. Sin embargo, nos equivocamos porque puede que seamos importantes para personas anónimas, gente que tal vez nos encontremos todos los días, conocidos y amigos para los que lo signifiquemos bastante o incluso, todo.
Sería importante saberlo, pero aun si no se sabe siempre hay que estar convencidos de que alguien te admira, desde su pequeña o gran posición, desde su almena o su atalaya, desde su calabozo o su desierto. Por eso, debemos seguir esforzándonos en ser amables, en sonreír o en mirar con dulzura porque tal vez esa persona esté delante sin saberlo nosotros.
En este cuento queda reflejada, de alguna forma, esta situación.



“Había una vez una niñita sentada en un parque. Todos pasaban por su
lado y nunca nadie se detenía a preguntarle que le ocurría. Vestida
con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña niña se
quedaba sentada mirando a todo el mundo pasar. Ella nunca trato de
hablar, no dijo una sola palabra. Muchas personas pasaron pero nadie
se detuvo.

Al día siguiente yo decidí volver al parque a ver si la pequeña niña
estaba ahí. Sí, ¡ahí estaba!, en el mismo lugar en el que estaba
ayer. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos.

Me dirigí hacia ella. Al acercarme noté que en su espalda había una
joroba. Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el
alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije: "hola" . La pequeña me
miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo.
Hablamos hasta que los últimos rayos de sol desaparecieron. Cuando
sólo quedábamos nosotros dos y todo era oscuridad alrededor, le
pregunté por qué estaba tan triste.

La pequeña me miro y con lágrimas en sus ojos me dijo: "porque soy
diferente" .
Yo le respondí con una sonrisa: "lo eres".
Y ella dijo aun más triste: "lo sé".
Le contesté: "pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a
un ángel dulce e inocente" .
Ella me miró... se sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con
la luz de la alegría.
Despacio se levanto y me dijo: "¿es cierto lo que acabas de decir?"
Le respondí: "eres como un pequeño ángel guardián enviado para
proteger a todos los que caminan por aquí"
Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió.

Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos
hermosas alas salieron de allí. Me miró sonriente y me dijo: "yo soy
tu ángel guardián" . Yo no sabía qué decir.
La niña me dijo: "por primera vez pensaste en alguien más. Mi
misión está cumplida" .

Me levanté y le pregunté por qué nadie le había ayudado.
Ella me miró y sonriendo me dijo: "tú eras la única persona que
podía verme".
¡Y ante mis ojos desapareció!.

Como la historia nos enseña... ¡todos necesitamos a alguien!.
Cada una de las personas que ames, sean cercanas o no, las que verdaderamente estén en tu corazón… es, a su manera, un ángel; el nuestro.

2 comentarios:

  1. pues ante todos los ojos del mundo somos iguales,altos,bajitos,negros,blancos,gordos,delgdos y con defectos y virtudes.pero si pasamos por en frente de alguien con algun defecto y pasamos de ello sin mirar su mirada o sus ojos si tiene tristeza o alegria para poder darle una alegria para paliar sus tristezas del alma.

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  2. Sí efectivamente, todos somos IGUALES, ese sería el mejor mensaje. Lamentablemente nos importa demasiado lo que se ve y no "miramos lo que no se ve" porque es ahí donde está la riqueza!.
    Gracias por participar!
    Un abrazo

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