Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 20 de octubre de 2012

EL MORDISCO DEL MIEDO

He tardado mucho en entender que lo contrario del amor es el miedo. He tardado mucho en saber que realmente por debajo de los comportamientos de quienes nos ofenden, los que agreden, aquellos que odian a otros y los que se odian a sí mismos…solo hay miedo. Y es que el miedo es  un sentimiento arrebatador que muerde el alma y la reseca.
Posiblemente podamos recordar los miedos nocturnos de cuando éramos pequeños. Angustias infinitas que no tenían donde posarse. Indeterminadas imágenes que veíamos sin existir, pensamientos oscuros que invadían no solo nuestro cuarto, sino la totalidad de nuestro ser. Con el tiempo fuimos comprobando que las sombras eran imaginadas y que los ruidos estaban solamente en nuestra mente.
Hemos aprendido a trasladar los miedos de la noche infantil al día adulto pero sin tanto éxito para desmontar los castillos en el aire que se levantaban en la infancia.
No nos atrevemos a ser felices porque siempre estamos temiendo mil y un acontecimiento, que generalmente, nunca sucede. Si confiásemos más en el poder de nuestra intuición comenzaríamos a actuar con el pálpito del corazón y no con el pulso de la mente. El corazón no engaña, no confunde, no distorsiona. La mente adapta la realidad a lo que queremos ver y oír o a lo que tememos vivir.
Ayer comenzamos un curso más, el taller emocional que dirijo. Es un lujo comprobar cómo la gente acude en busca de sí misma. Se trata de un espacio cuya fuerza está solamente en la intención de hallar un vacío sereno donde abrir el corazón y sentir que compartimos los miedos, las pasiones, las experiencias y hasta las negaciones personales. Nadie trata de convencer a nadie porque el avance, el progreso, el ascenso siempre es personal y por mucho que queramos a otras personas nunca podremos dirigir si un solo segundo de su destino. Por eso, el mejor objetivo para el curso está en perder los miedos y saber conducir en nuestra mente los fantasmas que nos invaden sin permiso.
Si logramos esta finalidad será otro curso ganado a la serenidad.
¡Feliz fin de semana!!

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