Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 14 de octubre de 2012

S.O.S PARA EL CORAZÓN

¿A quién no le gustaría lanzar un S.O.S desde el corazón muchas veces?. Sería estupendo que existiese un lenguaje tipo morse que solamente fuese dirigido de corazón a corazón. Qué pudiésemos mirarnos al cruzarnos por la calle y sin palabras entender lo que nos pasa a cada uno, enlazar la corriente de energía que emana nuestro centro y comunicar nuestras necesidades al otro, solo con estar cerca.
Posiblemente, si al pasar junto a otra persona ésta entendiese nuestras penas, lo que nos asusta, lo que hemos perdido, los anhelos o las tristezas…podría lanzar sus lianas de afecto a fondo perdido y conseguir que quedásemos atrapados en el efecto colchón de ellas. Al igual que nosotros nos veríamos capaces de ayudar a otros.
Lo genial de todo esto sería poder hacerlo sin palabras, sin necesidad de aparentar ser ni posicionarnos para atender. Libre y abiertamente, de forma etérea e inconsistente…como si se tratase de una corriente mental que pasase de una cabeza a otra, de un pecho a otro, de un espíritu a otro sin necesidad de materializar nada.
A veces sueño que esto es posible y cuando miro a los ojos a alguien que pasa a mi lado pienso que tal vez yo pudiese suponer para él o ella, su alivio, su consuelo, su remanso de paz buscada durante tanto tiempo. Otras veces, cuando miro y me devuelven la mirada atisbo que son ellos los que podrían serlo para mí. Todos podríamos ayudarnos con el lenguaje del corazón si fuésemos capaces de aprender a comunicar sin decir  y a advertir sin explicar, a comprender sin exponer. Si lográsemos ver más allá de las apariencias, a través de las capas de la materia y por debajo de ella.
Cuando vuelvo a pensar cómo hacernos entender desde el corazón también me asalta la idea de que hay personas ciegas para los sentimientos y que no son capaces de penetrar en la piel del afecto, casi siempre porque  ellos mismos han tenido un vacio importante en ello, y entonces pienso que habría que inventar otro vínculo reconocible por todos.
Así…me imagino contar con un lacito de un color a precisar (cada uno puede cerrar los ojos e imaginar qué tonalidad podría tener)…para indicar al mundo las ganas de amar,  la necesidad de ser querido o la disponibilidad de dar afecto que estamos dispuestos a ofrecer.
Estoy segura que la iniciativa tendría éxito porque muchas veces uno no tiene valor para decir lo que necesita, lo que le gustaría o las ganas inmensas de querer que le acompañan.
¡!Feliz comienzo de semana!!

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