Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 12 de septiembre de 2012

RETRASAR EL TIEMPO

Si en la última entrada nos referíamos a la escritura como terapia de liberación, no es menos efectiva la de retrasar el tiempo de actuación cuando debemos olvidar aquello que no puede ser o tomar un camino que implica renuncia hacia lo que se quiere o alejamiento de lo que se ha convertido en una necesidad.
Dejar para después; esperar a mañana. Un luego y un más tarde que mantienen a la mente engañada sobre la seguridad de retomar el contacto con la adicción que tenemos pero que retrasa la intervención como única posibilidad de ir ganando tiempo a la droga que nos falta.
Este método es válido para todo aquello que debamos dejar, bien por decisión propia o bien por imposición ajena.
La idea de volver a estar en contacto con aquello que tanto ansiamos es por sí sola reconfortante. Mañana supone la posibilidad de volver a comer dulce, de volver a fumar, de volver a jugar, de volver a verle, de escuchar su voz de nuevo…y esa nueva oportunidad mantiene la continuidad de ello en nuestro interior a la vez que lo va alejando sigilosa y prudentemente.
Y si esto no da el resultado deseado siempre podemos recurrir a cerrar los ojos y pensar que efectivamente estamos comiendo lo que nos gusta, bebiendo lo que nos engancha, fumando lo que nos estimula, gastando lo que nos emociona o besando a quien nos atrapa.
Imaginar y visualizar es la puerta directa para soñar que sucede y quedarnos, en parte, satisfechos con la ración de cada día. A la vez, hay que acompañar estos momentos con otros en los que, de igual forma, solicitemos al universo permiso para liberarnos de los que así gozamos pero que debe irse de nosotros.
Una autorización que sin duda siempre concede aunque no esté hecha desde verdades sentidas pero sí de necesidades reales.
Dejar para mañana…significa que algún día podremos volver a ello sin ansia, sin dolor, sin rencor, sin miedo…solamente con el recuerdo grato de lo que un día nos gustó.

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