Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 15 de febrero de 2012

LA HISTORIA DEL CERRAJERO

Había una vez un cerrajero al que acusaron injustamente de unos delitos y lo condenaron a vivir en una prisión oscura y profunda. Cuando llevaba allí algún tiempo, su mujer, que lo quería muchísimo se presentó al rey y le suplicó que le permitiera por lo menos llevarle una alfombra a su marido para que pudiera cumplir con sus postraciones cada día. El rey consideró justa esa petición y dio permiso a la mujer para llevarle una alfombra para la oración.
El prisionero agradeció la alfombra a su mujer y cada día hacía fielmente sus postraciones sobre ella. Pasado un tiempo el hombre escapó de la prisión y cuando le preguntaban cómo lo había conseguido, él explicaba que después de años de hacer sus postraciones y de orar para salir de la prisión, comenzó a ver lo que tenía justo bajo las narices. Un buen día vio que su mujer había tejido en la alfombra el dibujo de la cerradura que lo mantenía prisionero. Cuando se dio cuenta de esto y comprendió que ya tenía en su poder toda la información que necesitaba para escapar, comenzó a hacerse amigo de sus guardias. Y los convenció de que todos vivirían mucho mejor si lo ayudaban y escapaban juntos de la prisión. Ellos estuvieron de acuerdo, puesto que aunque eran guardias comprendían que también estaban prisioneros. También deseaban escapar pero no tenían los medios para hacerlo.
Así pues, el cerrajero y sus guardias decidieron el siguiente plan: ellos le llevarían piezas de metal y él haría cosas útiles con ellas para venderlas en el mercado. Juntos amasarían recursos para la huída y del trozo de metal más fuerte que pudieran adquirir el cerrajero haría una llave. Una noche, cuando ya estaba todo preparado, el cerrajero y sus guardias abrieron la cerradura de la puerta de la prisión y salieron al frescor de la noche, donde estaba su amada esposa esperándolo. Dejó en la prisión la alfombra para orar, para que cualquier otro prisionero que fuera lo suficientemente listo para interpretar el dibujo de la alfombra también pudiera escapar. Así se reunió con su mujer, sus ex-guardias se hicieron sus amigos y todos vivieron en armonía. El amor y la pericia prevalecieron.
Cuento tradicional sufí
(En la siguiente entrada comentaremos este cuento....mientras tanto podemos reflexionar particularmente sobre él).

6 comentarios:

  1. Casi siempre detrás de un hombre honesto y piadoso hay una mujer inteligente y práctica que le dá el impulso " vital " para salir de "su" prisión.

    Nosotros carecemos de "esa " intuición innata en los angeles que nos visitan por la tierra.

    Flor y Nata quedo cavilando sobre como obtener la copia de la llave.

    Un saludo amable y lleno del mas puro afecto.

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  2. Muy acertada tu reflexión!...efectivamente en muchas ocasiones estamos dentro de una prisión...alguién puede darnos la clave para salir pero necesitamos OBSERVAR atentamente lo que tenemos delante...ahí puede estar la respuesta, al alcance de la mano...Un afecctuoso abrazo!!

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  3. La ampliacion al relato tiene enfoques muy interesantes; cuantas veces hemos tenido delante de nuestros ojos la puerta o el camino a seguir y hemos dado pasos torpes por diversas razones; una clave pasa por la observación y el conocimientos de si mismos o mejor desconocimiento del valor de nuestra capacidades y en la mayoría de los casos de "valor" para enfentar, intentar, desatar, liberarnos, descargarnos de fardos odiosos y pesados que la costumbre, el conformismo y quizá el temor nos lleva a soportar y a aceptar.

    Definitivamente creo que al ser humano le falla la conciencia y el valor de si mismo, auto-estima ? le dicen los especialistas .

    Tienes una linda y hermosa cualidad que aprecio de sobremanera: tienes la palabra adecuada a cada persona y orientada a cada situación.

    Un abrazo cálido con el efecto de siempre.

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  4. Gracias amigo de abrazos cálidos!!...¿Por qué no creeremos con facilidad en todo lo que valemos??...¿A fuerza de que mensajes negativos hemos aprendido a "descreer" en nuestras posibilidades?. Nacemos con la fortalea de no conocer la crítica, ni la represión, ni la norma, ni el debes, ni el tienes...y on la inmensa espontaneidad de creer que "podemos". Pronto nos convencen de que lo mejor es dudar de nosotros mismos...y eso queda paar siempre como un lastre en la autoestima.

    Gracias por tus palabras hacia mi y sobre todo por tu aprecio.
    Un abrazo muy afectuoso.

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  5. Conozco vuestras expresiones. En este punto "de virtual conocimiento", las palaabras se convierten en VERDAD. Y hay una verdad tremenda en el relato sufí que es la prisión; si bien puede ser un estado de autoengaño, incredulidad, deficiente autoestima y falsas creencias sobre uno mismo,, puede también saberse que las prisiones se construyen para personas que han hecho un mal a la sociedad. En ese punto, podemos (sin culpar ni a nadie ni a nada), sellar la autenticidad de nuestros errores, porque esta puede ser también la clave o el dibujo de la llave para el gran salto a la humildad. Cierto que sin Amor, nada puede hacerse, y sin esperanza no hay camino tras la puerta. Así, el autoconcimiento en lo cotidiano, nos lleva a destruir, cuando lo consideremos adecuado, los barrotes y muros que nos separan de nuestro propósito original.
    Un beso desde mi prisión eventual.

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  6. Xara que bien expresas lo que sientes!...ha quedado clarísimo que efectivamente todos tenemos nuestra prisión particular...aquella en ónde se recogen sobre todo "los miedos". Creo que la mayor barrera para el despliegue personal y vital es el miedo y de ahí parten todos los errores, aberraciones, agresiones, increpaciones e injusticias que comentemos unos con otros.
    En el fondo es un terrible miedo a no ser queridos, a parecer débiles, a manifestarnos y ser rechaados...tantos y tantos miedos...
    Encontrar la llave...!!...¿Sabes? creo que hay que buscar detrás de nuestras pupilas...seguro que entonces la vemos!!.
    Besitossss

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