Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 4 de octubre de 2011

CUANDO UNO NO DEBE...

No siempre es fácil discernir lo que es mejor para nosotros. Y si lo es, no siempre podemos despegarnos de lo que nos enreda en lo que está al otro lado de lo bueno, de lo decente y lo estimable. Uno se empeña en apegarse a lo que  envuelve esa parte de desafío y descontrol que subyace en la sensatez y la coherencia. Y de pronto se encuentra, a veces, enredado en situaciones que no son de él ni para él. En circunstancias a las que no sabe cómo llegó pero que ahora nos envuelven por todos los lados reclamando más y más adicción. Lo que es preciso entender es que bajo la dependencia y el sometimiento hay una profunda necesidad; o muchas. Necesidad de ser querido, necesidad de no estar en soledad, necesidad de ser admirado, necesidad de ser envidiado, necesidad de sobresalir, necesidad de experimentar, necesidad de abrazar novedades, necesidad de romper rutinas, necesidad de ser cuidado y hasta necesidad de ser necesitado. Todo ello forma un cóctel que estalla ante el primer estímulo que se nos presenta cercano y afable. Y uno piensa…si nada pasa porque sí, si realmente de todo aprendemos, si cada experiencia nos aporta un conocimiento y si pasar por lo malo también, y sobre todo, es crecimiento programado…¿ ¿podemos evitar estos episodios que aparecen por sorpresa en la vida de cualquiera??.  Tal vez no importe tanto si el sufrimiento que pueda reportar no termina en otro. De cualquier forma, la vida es un laberinto con zonas de praderas floreadas repletas de sensaciones placenteras y zonas de profundas oquedades donde encontrar la salida es ya, por sí mismo, un premio.
Posiblemente sea fácil entrar en la oscuridad cuando creemos que nos acompañará la luz…pero siempre es posible salir en su busca si la tenemos dentro. Y quien sabe … si en este paso por el lado oscuro conseguimos que alguien nos siga hacia la búsqueda infinita de ser siempre mejores. Otro premio aún mayor por tener los ojos vendados y encontrar la salida.

1 comentario:

  1. Me gusta esta reflexión. Todos aportamos algo, aún estando en la oquedad de la sombra. El mundo que nos rodea es tan amplio, y donde hay obscuridad siempre aparece algún farolillo que nos alumbra. A la venda de los ojos, la gallinita ciega responde, ¡tacto, mucho tacto! ese es el modo en el que la gallina encuentra la salida. Un abrazo y gracias por estas aportaciones en el mundo de la red.

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