Siempre que nos acercamos a sucesos, acontecimientos o propósitos nuevos sentimos una especie de emociones encontradas y contrapuestas. ¿Será como pienso?¿Podré ser feliz cuando lo consiga?¿Por fin alcanzaré lo que tanto ansío?¿ Por cuánto tiempo podré mantenerlo?... así podríamos seguir enumerando un sin fin de preguntas que nos hacemos, sin palabras, dentro de nosotros ante retos nuevos, tiempos esperados o encuentros deseados.
La vida tiene un guion propio. Un devenir casual que nos arrastra muchas veces. Nuestra pericia está en saber sortear las dificultades, en reunir la voluntad y el valor para acometer los problemas y en saber mantener la ilusión y la confianza a pesar de todos ellos.
En ocasiones, también nos sorprende gratamente. Te regala, de forma inesperada, ángeles en forma de amig@s, fantasías en modo libros, ilusiones con nombre de viajes, historias dentro de películas, sabores dulces en palabras bellas y sobre todo, instantes mágicos que se vuelven eternos en nuestra mente a los que poder recurrir en momentos de tristeza, añoranza o vacío.
De cualquier forma, vivir siempre es una experiencia maravillosa a pesar de las tormentas, incluso con las ausencias o con las pérdidas y más allá de los desamores y los momentos de oscuridad.
Nadie estamos a salvo de ellos, nadie podemos evitar sufrir, pero todos tenemos también oportunidades únicas de goce y disfrute inmenso.
Sabiendo todo esto, no dejemos pasar las oportunidades y disfrutemos el instante presente como el mejor regalo que nadie puede arrebatarnos. Eso sí depende únicamente de nosotros, eso sí que podemos manejarlo a nuestro favor.
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