Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 3 de marzo de 2024

DOMINGOS LITERARIOS

 ANTERIORMENTE:

 

.-¡ Volveré. Te encontraré allí donde estés. No te quedarás con ello.!.- y diciendo esto, tomó bruscamente el brazo a la mujer desplomada en el rellano y desaparecieron escaleras abajo…

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Estuve sin poder moverme mucho rato. Tanto que perdí la noción del tiempo. Nada se oyó en la casa desde que aquellos siniestros personajes se habían ido. Salí de mi escondite lentamente, aún con miedo de hacer ruido y sintiendo la humedad entre mis piernas por el líquido, frío ya, que se me había escapado entre ellas.




 

Me acerqué sigilosa hasta el arrugado bulto en el que se había convertido mi hermano. Su cara desencajada, mantenía abiertos unos ojos de mirada perdida que se clavaban fijos en un reloj de pared, ya sin vida.

 

Apenas me atrevía a tocarlo. Frente a él, observé durante largo rato la esperpéntica imagen que mostraba. No podía dejar de mirar aquellas manos que encerraban tantos secretos. Una de ellas reposaba en el brazo del sillón donde estaba medio caído. Apretaba un reloj de bolsillo con una hora que no se correspondía al momento en el que nos encontrábamos. Me di cuenta, sin embargo, que coincidía con la que marcaba el reloj de pared, detenido en algún momento indefinido de tiempos pasados. Sin duda, no era casualidad aquella coincidencia que más tarde entendería.

 

En la otra mano, apretaba un papel amarillento, un tanto ajado por lo antiguo que parecía. Necesitaba quitárselo para conocer su contenido, pero no parecía una tarea fácil. Me daba miedo tocarlo. Me fui acercando muy despacio hasta rozar levemente una de las puntas del arrugado escrito. Tiré despacio de ella. Apenas se movió del encajado lecho que lo mantenía oprimido. No quería tocar su mano. Una sensación de cierta repugnancia me invadió al instante. Su mano macilenta pareció moverse sutilmente lo que hizo que me retirase de inmediato. Tenía que conseguirlo o nunca conocería lo que mi hermano estaba dispuesto a decirme en aquella visita truncada por los desconocidos agresores que me había dado tiempo a ver.

 

Deje pasar unos minutos. Todo permanecía igual. No había vuelto a moverse, lo que me animó a cogerlo definitivamente.

 

Acompañada de una sensación de malestar y miedo, me acerqué de nuevo y de un solo tirón logré arrancar aquel trozo de papel que se rompió en su último tramo. Había quedado mutilado dentro de su mano lo que, en algún momento, me obligaría abrirla para recuperar el trozo perdido.

 

Comencé, esperanzada, a leer lo que estaba escrito con tinta de pluma, a juzgar por los trazos de la letra, muy antigua.

 

Apenas pude entender lo que contenía su mensaje. Mal trazado, borrado en algunas de sus letras y fracturado por el pedazo encerrado en la mano de mi hermano, solamente ofrecía un incógnito legado de dificultosa comprensión…

https://mirarloquenoseve.blogspot.com

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Quiero mas que intriga

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    1. Gracias por leerlo y sobre todo por encender la intriga que tanto me gusta provocar en los relatos. Feliz domingo

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