Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 9 de noviembre de 2025

LA FUERZA DE LAS CREENCIAS

“No mires hacia atrás con ira, ni hacia delante con miedo, sino alrededor con atención.”

 

J. Thurken

 

         Nada hay más poderoso que “creer”. Creer en lo que sea. Creer es un reactivo tan magnético que produce efectos reales en aquello en lo que se enfoca. 

         

Los beneficios de la fe, o mejor dicho, de la creencia para que no lo asimilemos a ningún tipo de religión, están presentes ya desde tiempos inmemoriales. Estas creencias  operan desde la prehistoria. Se denominaron “ magia simpática” y consistían en “creer” que aquello que sucedía en el ritual de la pintura sobre las rocas paleolíticas se operaba igualmente en el campo donde se efectuaba la caza. Matar al animal en cada trazo hecho con madera quemada y pinturas de grasas y arcillas, tenía un efecto real, solo y exclusivamente, en base a la creencia.

 

Ahora, después de miles de años, seguimos comprobando que la fuerza que entraña “creer en algo, creer en ti…” lo puede todo. Eso sí, creer no admite dudas. No permite titubeos. No es condescendiente con los pensamientos de inseguridad. No deja lugar, ni rendijas, ni puertas abiertas a las indecisiones.




 

Cuando se “cree” tiene que ser de verdad y por completo. De ello depende que se haga realidad en el pensamiento y en la mente antes de que suceda realmente. Que la creencia cobre fuerza y arrebato sin que aún se haya producido. Y entonces, solo entonces, sucede lo que ya ha cobrado vida en nuestro interior.

 

La frase que inicia esta reflexión nos invita a focalizarnos atentamente en el momento presente porque es el único que tenemos y al él debemos nuestra observación. Debemos escuchar bien, ver con claridad, hablar con precisión y olvidar con rapidez lo que nos aleje del aquí y el ahora.

 

No des importancia a situaciones de las que, en un tiempo, te estarás riendo. No anticipes desgracias que nunca ocurrirán, lo más seguro. No dejes de “ creer” en lo que sea que quieras, pero sin resquicios de duda, sin asomo de inseguridades. 

 

Cree como creían nuestr@s abuel@s, a “ pies juntillas”, decían, para que lo que tenga que suceder caiga del cielo como una suave pluma meciéndose ante nuestros ojos hasta caer en la palma de nuestra mano.

 

 

viernes, 31 de octubre de 2025

EL DÍA DE TODOS

 Todos vamos a morir. Todos lo sabemos. Todos lo queremos ignorar. La muerte nunca es nuestra, por cercana que sea, y por eso obviamos lo inevitable para no condenar al día a día al abismo que supone.

 

         La fe, en lo que sea que se deposite, salva la inconmensurable tristeza del desapego de nuestro cuerpo y nuestra vida. Pero, ¿qué sucede con aquellos que dicen no creer en nada?. Entonces se aferran a la vida y se instalan en un vacío de pensamiento que les hace vivir el presente con una indiferencia absoluta hacia el momento de finalizar la existencia.


        



 

         Todos los que nos aferramos a la creencia en una vida más allá de ésta, queremos pensar que los que se han ido están en un lugar, dimensión o plano mejor. Qué son felices, que están con los suyos y que ahí nos esperarán con la forma en que les conocimos y gozamos, para ayudarnos en el tránsito.

 

         Sea como sea, haya lo que haya, lo cierto es que lo único seguro de la vida, es la muerte. No podemos cerrar nuestra mente ante ella. Es la soberana de la vida, la que preside nuestro tiempo y lo descuenta día a día, la que hace justicia, a veces, o condena sin culpa, otras. 

 

         Los que se han ido, solo lo han hecho antes que nosotros. Tengámosles en nuestro corazón. Ahí siguen viviendo muy vivos…muy nuestros, muy presentes todavía, en su ausencia. Seamos ellos recordando su legado, no para sufrirlo, sino para gozar de lo mejor que nos dejaron.


         Hoy es su día, pero también el de todos.

domingo, 26 de octubre de 2025

SIEMPRE, MIRA EL LADO BUENO

 Todo lo que nos sucede tiene un lado bueno, una bondad escondida, algo que aprovechar para nuestro beneficio, un ápice de luz colándose entre la oscuridad que parece invadir el suceso o problema.

 

Algunas veces, no sabemos qué hay bueno en lo malo, no encontramos la rendija por donde se cuela el aire fresco, ni sabemos hallar ese nuevo comienzo después de lo que se avecinó como el final. 




 

Mira tu lado bueno, el de tus enemigos, aquel de quienes detestas o el que seguro tiene l@s que te hicieron daño. Posiblemente, lo bueno está en que no estén. Lo mejor se manifiesta en la ausencia, en el silencio o en el vacío. Ahí, lejos de estar en soledad, estás contigo y recuperarás la conexión que perdemos en ocasiones por volcarnos en los demás.

 

Necesitamos momentos a solas. Nuestro sistema nervioso nos pide calma a gritos. El corazón se queja alterando su rítmico tan-tan que late en nuestro pecho. El estómago se cierra. La mente se oscurece y los ojos lloran desconsolados por no pararnos a ver, ni valorar  “ lo bueno” que hubo, lo que aprendimos, lo que amamos o lo que simplemente disfrutamos.

 

Todo y tod@s tenemos ese lado bueno que, aún con nuestros defectos, siempre nos hace mejores de lo que se nos supone. 

 

Aventúrate a ver más allá de lo que parece y encontrarás tenuras que llevan tu nombre y que son para ti.

domingo, 19 de octubre de 2025

LA JUSTICIA DE LA VIDA

 Hay una falsa creencia en que la vida se comporta según el patrón de “ lo justo” y “ lo injusto”. Debido a ello nos revelamos muchas veces, pensando que lo que nos sucede no debería pasarnos a nosotros porque nada hemos hecho para merecerlo.

 

         La vida no funciona así. Te pone a prueba muchas veces, es verdad. Hace que pases por muchos exámenes inesperados, también es cierto, pero no hay una correspondencia con lo que demuestras ser o saber y lo que luego te devuelve de forma inmediata y correlativa.




 

         Todos hemos escuchado hablar de la ley del Karma. Todos queremos creerla cuando nos va mal a causa de alguien, sobre todo, porque esperamos, en una entendible necesidad humana, que a ell@s algo les suceda que compense nuestro dolor. Lo que no sabemos es que el Karma es neutro. Es la ley de la acción-reacción, lo que cuenta. La justicia natural que se establece con el resultado de nuestras acciones. Causa y consecuencia van de la mano.

 

         Muchas veces, nos preguntamos por qué a personas que parecen hacer el mal, les va tan bien. Podríamos añadir, a esa reflexión, el hecho de que nadie lo tiene todo, ni siempre. Podría parecer un consuelo ridículo en donde esconder nuestras penas, pero lejos de serlo es una realidad irrefutable que a todos nos afecta.

         

         Las abuelas solían decir…” No lo hagas, no lo temas”…sencilla sentencia que resume muy bien la bondad que deberíamos poner en nuestros actos para, de algún modo, rodearnos de ella sin esperar la desgracia.

 

         Así es la vida, mágica y sorprendente, justiciera e inquebrantable. Así debemos aprender a vivirla.

 

domingo, 12 de octubre de 2025

“TEMPERAMENTO Y CARÁCTER”: ¿Crees que es lo mismo?

 Imagina,  que caminas por un bosque al amanecer. El aire es fresco, los rayos del sol atraviesan tímidamente las hojas, y tú sientes que cada paso tiene un eco antiguo, como si el suelo recordara todas las pisadas anteriores. En ese escenario, piensa en ti mismo: ¿qué te hace reaccionar ante el crujido inesperado de una rama?, ¿por qué eliges seguir o detenerte? Ahí, justo en ese instante, comienza la danza entre el “temperamento” y el “carácter”.




 

El “temperamento” es el susurro más antiguo que habita en ti. Nace contigo, como el tono de tu voz o el color de tus ojos. Es la corriente invisible que guía tus impulsos: si eres rápido para enojarte o lento para hablar, si te lanzas a la vida con pasión o prefieres observar desde la distancia. Es la base emocional que no elegiste, una melodía que comenzó antes de que tuvieras conciencia de ti mismo.

 

Pero el temperamento, aunque firme, no es una prisión. A veces creemos que “así somos” y que no hay forma de cambiar. Sin embargo, sabes bien que incluso los ríos cambian su cauce con el tiempo. Puedes aprender a suavizar la corriente, a templar la ira, a encender la calma. El temperamento marca el compás, pero tú eliges el ritmo con el que bailas la vida.

 

El “carácter”, por su parte, es el escultor que trabaja sobre esa piedra inicial. Es la voz que se alza cuando el instinto grita; la que dice “espera”, “piensa”, “decide”. Se forma con la experiencia, con el dolor y con la esperanza, con cada elección que te aparta de la reacción automática y te acerca a la sabiduría. El carácter es el espejo donde se refleja lo que has aprendido de ti mismo.

 

En cambio, el “carácter” es la huella que decides dejar sobre ese bosque. Es el fruto del tiempo, de las decisiones y los tropiezos. Se forja con cada acto de voluntad, con cada vez que eliges hablar o callar, avanzar o esperar. El carácter no nace: “se construye”, ladrillo a ladrillo, con la paciencia de quien aprende a domar su propio fuego interior.

 

Así que, cuando la vida te sacuda —y lo hará—, recuerda: tu temperamento será la primera ola, pero tu carácter decidirá si te hundes o si surfeas hasta la orilla. ¿Ves la diferencia ahora? Uno te fue dado como un mapa del alma; el otro lo dibujas tú, cada día, con la tinta indeleble de tus actos.

domingo, 5 de octubre de 2025

¿SABES " SOLTAR" LO QUE TE DAÑA"

 Soltar es difícil. Estamos muy apegados a todo. A lo material, a las sensaciones y añoranzas, a los vicios, a lo bueno y a lo malo. Lo peor de ello, no es tenerlo con nosotros mientras lo vivimos, sino cargar con ello en nuestra mente después de pasado. Ese vínculo es una cadena que nos ata, venenosamente, a un monstruo que nos devora sin fin.

Veamos este breve cuento.



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…“Un anciano maestro zen y dos discípulos andaban en paz y silencio por un largo camino. Hacia el mediodía llegaron a un río y vieron a una chica muy guapa sentada tranquilamente con los pies puestos en el agua. La chica contemplaba receptiva y seductora a los tres caminantes.

Los dos discípulos empezaron a mostrarse nerviosos ante tanta belleza. Los dos quedaron embelesados por el atractivo radiante del cuerpo de la chica y por la brillantez de su mirada. Poco a poco se fueron acercando, dejando al maestro en un segundo plano. Ella, con actitud seductora, les miró y les dijo: -¿Quién de los dos podría ayudarme a cruzar el río?… Los dos muchachos se miraron y dirigieron un gesto interrogando al maestro que observaba lo que estaba pasando. El maestro lanzó una mirada profunda a cada uno de ellos sin decir nada. Después de un largo y tenso minuto de dudas, uno de los discípulos avanzó, y cogiendo a la mujer en brazos, la ayudó a cruzar el río entre sonrisas, caricias y mucha complicidad. Una vez llegaron al otro lado del río se dieron un beso tierno y se despidieron sin dejar de mirarse. El joven se dio media vuelta y continuó el camino con el otro discípulo y el maestro.

El discípulo que se había quedado junto al maestro no dejaba de lanzar interrogadoras miradas al silencioso e impasible anciano que solo observaba. Pasaban las horas mientras avanzaban silenciosos por las montañas y valles. El discípulo que no había cruzado el río junto a la muchacha, realmente lo estaba pasando muy mal. Pero no decía nada. Por la noche, cuando llegaron a casa, sus movimientos delataban su estado interno: se quemaba con el fuego que encendía, se le caía el vaso de agua que sostenía entre sus manos, tropezaba con la raíz de un árbol del jardín… Su mirada siempre encontraba el rostro impasible y ecuánime del anciano, que lo observaba sin emitir juicio ni palabra.

Tres días después, la tensión llegó a ser tan dura, que el chico se dirigió hacia el maestro y le dijo con rabia:

 -¿Por qué no le has dicho nada a mi hermano, que rompiendo las reglas de la sobriedad ha encendido el fuego del erotismo con aquella chica del río?, ¡¿por qué?!  ¡¿Por qué no le has dicho nada?!… ¡¡Y no me digas que la respuesta está en mi interior porque ya no puedo escuchar ni ver nada con claridad!! ¡Necesito entender!, dame una respuesta, por favor. El anciano, dedicándole una mirada integral de rigor y benevolencia, le respondió con serenidad y contundencia:

-Tu hermano ha tomada la mano de aquella mujer a un lado del río, y la ha soltado cuando ha llegado al otro lado. Tú has tomado la mano de aquella mujer a un lado del río, y aún no la has soltado.

https://jestoryas.wordpress.com/2017/09/16/seleccion-de-7-cuentos-breves-de-sabiduria-oriental-para-reflexionar/

 

 

 

domingo, 28 de septiembre de 2025

LAS EDADES DEL AMOR

  “Tú no sabes cómo yo le quiero”…fue la última frase de una chica adolescente a su madre antes de cerrar la puerta de la cocina con un portazo sonoro. Su madre se quedó callada e inmóvil. Pensó que, tal vez, se había olvidado de cómo se ama a esa edad…”






 

Este breve fragmento puede llevarnos a reflexionar sobre los afectos, sus tipos y sus intensidades biológicas y espirituales.

 

Pareciese que el amor tuviese edades, intensidades, memoria y vida propia siguiendo el protocolo vital de todo lo animado.

 

Uno, cuando piensa en el amor lo hace en el estado puro del mismo. Incondicional, generoso, altruista, compasivo, cuidador, emotivo, pasional, tierno e incansablemente atento al sujeto amado. Luego, más tarde, confronta estas ideas con las experiencias que cada cual tenemos y parece que todo se desmorona. Y es que el amor, como amplio concepto que lo embarga todo, lo hemos confundido tantas veces, incluso lo hemos distorsionado, forzado, retorcido y estrujado para que encaje con la idea grandiosa del mismo, al que todos aspiramos.

 

El amor, lejos de ser un sentimiento de arrebato, de lujuria y de explosiones incontroladas, se instala en el equilibrio sostenido, la calma dulce y la pasión armoniosa. Ni amigo de las prisas, ni enemigo de la armonía. 

 

Sin duda hay edades para vivir sesgos del amor que son otras cosas. Edades en las que pareciese un volcán en erupción, momentos en los que creemos que nos sumerge en el infierno más corrosivo, pero en ninguno de esos tiempos es amor lo que está en juego.

 

Hay una frase de Walter Riso muy esclarecedora al respecto: …”Si el amor duele, no es de tu talla”. Añadiría… si “ duele continuamente”…no lo es. 

 

Revisa tus amores y extrae conclusiones.