La búsqueda de la felicidad es algo deseable, grato y potencialmente sano. No lo es la obsesión de buscarla incansablemente a cualquier precio. Hay personas que buscan momentos de felicidad y placer a cada paso, que hacen de su vida una intensa huida hacia esas sensaciones sin las cuales pareciese que la vida no tiene sentido.
La felicidad es prescindible; no así la paz, el equilibrio y la estabilidad en la mente y en el corazón. Ese es el auténtico colchón de la felicidad, es la base para afrontar cualquier desafío de la vida y la herramienta perfecta para salir indemne de los arañazos que el día a día nos profiere.
En la actualidad, se ha establecido una cultural exacerbada del “Carpe Diem”. Todo parece estar mal alrededor, el juego político ha cambiado, la vida social se desborda, el mundo nos amenaza constantemente con guerras potenciales que más de una vez, se concretan en batallas reales que nos tocan cerca. Por eso, lo mejor que podemos hacer es “disfrutar lo que se pueda”…se oye en tantos sitios y a tanta gente.
Las gratificaciones instantáneas están bien, pero tienen un peligro y es que se devoran a sí mismas. Cada vez queremos más y al terminar una, ya estamos planeando la siguiente porque terminando esta se entierran las sensaciones que dan impulso a una existencia complicada.
Hay que saber estar sol@, escuchar el silencio, pararnos, de vez en cuando, y no hacer nada. Sin el sentimiento de culpa que exige la prisa. Lo que sucede es que cuando estamos solos enseguida nuestra mente se agobia, aparecen nuestros fantasmas y se sientan las dudas junto a nosotros. No queremos vernos en silencio, por miedo a no gustarnos en un mundo donde el culto a la belleza exterior eclipsa al ser interior, lo acalla y lo anula, muchas veces.
La felicidad es deseable y maravillosa, pero no olvidemos que debe reposar en un corazón tranquilo, lleno de equilibrio y paz. Solamente así, podrá ser un resultado y no un fin en sí misma a cualquier precio y de cualquier forma, porque esa se esfuma tan pronto como no la retroalimente lo que la produce.
