Lo
que imaginas casi nunca tiene relación con la realidad que sucede en la
anticipación del futuro.
Nosotros,
como seres humanos, tenemos la facultad de imaginar, de adelantarnos a los
acontecimientos, de ir en busca del cajón de la experiencia y creer que todo
seguirá el mismo guión.
Hay
algo novedoso en el hecho de que imaginar se construye con los mismos patrones
que recordar, según el profesor de psicología de la universidad de Harvard,
Daniel Schacter.
Efectivamente,
anticipamos el futuro apoyados en la información guardada en la memoria, que
navega en ella, como recuerdos del pasado. En ello, cae con frecuencia en
errores inevitables por considerar como seguro, por lo que ya pasó, lo que ha
de venir.
Esta
facultad está relacionada con la supervivencia y la capacidad de adaptación. Es
mejor pensar en un futuro de algún “modo” conocido que sentirnos al descubierto
y sin la protección de algo conocido con aquello que vendrá.
Sin
embargo, la vida no es lineal, ni sigue procesos idénticos ni aún con iguales
circunstancias. El ser humano es único e impredecible y dentro de su especie,
cada miembro es imposible de igualar. Por eso, el pasado no puede ser modelo
para el futuro si no queremos correr el riesgo de confundirnos.
No
esperes que esa persona que has conocido se comporte igual que otra que conociste,
ni aunque sea del mismo perfil. No creas que las cosas irán igual que ayer
aunque hoy parezca el mismo día repetido. Ni pienses que tú mismo/a serás igual
siquiera que la persona que eras hace tan sólo un par de meses.
Crees
que no cambias y todo cambia en ti. Tus células se han renovado muchas veces a
lo largo de tu vida. Tu forma de pensar y de sentir también es otra, aunque no
te lo parezca. Cada circunstancia, cada elección, cada toma de decisiones ha
imprimido en ti una marca especial y te va configurando distinto.
Lo
que imaginas dirígelo hacia todo lo mejor, en cualquier caso. Nunca te apoyes
en los recuerdos para creer que el futuro será lo mismo. Nunca, si lo que llena
tu mente son nubes negras que lo empañan todo.
Elige,
siempre, imaginar lo que te haga más feliz y, con ello, también lograrás dar unas
pinceladas dulces a tu vida presente.