Domingo anterior
.-Por favor, llévenos a nuestra casa.- Revolvió en el bolsillo
de su pantalón y sacó un puñado de billetes; suficientes para que la mujer
quedase pagada por lo que parecía gesto tan altruista.
Se colocó las gafas de nuevo. Volteó su cabeza hacia delante y arrancó
el coche.
El resto del camino nadie pronunció una sola palabra. A los
pocos minutos se divisaba el portal de la clínica de Owen. La mujer fue
reduciendo la marcha.
La pareja se apretó las manos en señal de victoria. Estaban en
casa y con el móvil en su poder. Al fin habían tenido suerte. Una suerte que
duraría muy poco tiempo.
El coche parecía detenerse. Sin embargo, la mujer cambió de idea
y aceleró repentinamente. (…)
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Relato del domingo ( 14_02_2016)
Owen profirió un grito desgarrador para detenerla, pero Swa puso la
mano en su boca para callarle. Con la cabeza le indicó que la dejase hacer.
La mujer comenzó a pedir perdón.
.-Lo siento. Tendrán que perdonarme pero les necesito.-La pareja
estaba perpleja. No daban crédito a lo que oían. Ellos que tenían tantos
problemas por resolver estaban a punto
de iniciar una nueva aventura cuyas consecuencias les llevarían muy lejos.
La mujer comenzó a relatar un suceso espeluznante.
Estaba en busca y captura, acusada de tráfico de drogas en un país
oriental.
.-Me sigue un coche desde hace rato. Reconozco que tal vez paré
para recogerlos para despistarle. He visto que sigue tras de nosotros. No puedo
detenerme.
.- Tiene que dejarnos en algún sitio. No puede llevarnos con usted.-dijo
Swa.
.-Lo lamento enormemente pero es imposible. Nos matarán a todos.
Creerán que están implicados. Nadie podrá convencerles de lo contrario. – Owen palideció
al instante. Se tapó la cara con sus dos manos introduciendo los dedos entre su
pelo y arrastrándoles en su cuero cabelludo como si quisiera desplazar sus
ideas fuera de su cabeza.
.- ¡No!. ¡Pare!. ¡Detenga la marcha!.- Y diciendo esto comenzó a
zarandearla desde el asiento de atrás.
.- ¡Owen! Para!... nos vamos a matar!.- La mujer aceleró aún más. Swa cogió los brazos del psiquiatra para
impedir un accidente.
.- ¡Calmémonos! Vamos a ser coherentes. Tratemos de resolver todo esto
lo mejor posible. ¿Quién la persigue? ¿Qué ha hecho?.- Mientras la mujer de
pelo rojizo contestaba, el móvil de Owen comenzó a sonar. Swa le sacó de su
espalda y comprobó que era Steve el que llamaba. Le cedió el aparato al doctor
para que decidiese acerca de apretar la tecla verde. La mujer no dio tiempo a
que sucediese.
.-¡No conteste!. Nadie puede saber dónde estamos.-Swa miró hacia
atrás. Efectivamente a cierta distancia, un coche negro les seguía desde hacía
rato.
.-¡Voy a contestar! Es mi amigo. Nos puede ayudar.
.-¡Nadie nos puede ayudar. No conteste!.-La tensión dentro del
vehículo era cada vez mayor. No podían entender cómo se habían visto
involucrados semejante circunstancia que se añadía a sus problemas sin ningún
sentido.
El teléfono seguía sonando. Owen apretó el botón verde.
La mujer se dio la vuelta
con la intención de impedir aquella conversación. Sin darse cuenta perdió el
control del volante y un estruendo inmenso dejó en silencio absoluto aquel
momento…