No
me gustan especialmente los “día de”… como a tantos que dicen no gustarles.
Matizo, sin embargo y digo que no “especialmente” pero ello lleva implícito una
especie de añoranza por ellos.
Es
cierto que si debe existir un día “de algo” es porque ese algo no es reconocido
abiertamente por todos y de alguna manera hay que homenajearlo. El “día de” es algo
semejante a la palabra “lo intentaré” que también lleva un “no me saldrá bien”….dentro
de ella.
Hoy
es el día del Amor. ¿Necesita un día el amor?¿No debería ser de todos los
días?¿Se centra en tipo de sentimiento?¿Deja a otros afectos de lado?¿Abarca a
todo el “ amar”?.
Lo
que es cierto es que al menos, el día de hoy, pone el acento sobre la
existencia del sentimiento en la cabeza de todos, lo sintamos o no.
El Amor existe y de tantas maneras y modos que
la superficie deja paso al afecto de fondo sin importar la forma.
Puede
encontrarnos en cualquier momento y en cualquier circunstancia. No hace falta
buscar. Llega y te envuelve y pronto sabes que lo hace para quedarse.
No
podemos vivir sin amar. Todos depositamos amor en algo, alguien, lo que sea. Lo
que sucede es que el amor en estado puro es difícil de encontrar entre el
género humano a no ser el desinteresado por los hijos o los animales. Cuando es
otro ser humano el que tenemos de frente, siempre esperamos una respuesta
semejante, o al menos una respuesta.
No
me creo que el amor sea desinteresado, al menos el que tomamos como modelo de
enamoramiento. Está sujeto al apego y a la dependencia, con más o menos
intensidad o quizá dependa del punto en el que se encuentre la relación o la
confianza que te merezca el otro.
Confundimos
amor con pasión, amor con afecto, amor con querencia, amor con sexo, amor con
afinidad, amor con complicidad, amor con ayuda…y el Amor lo es todo junto. No
puede darse aislado con una de estas acepciones porque entonces toma otro
nombre.
Uno
debe sentir amor por sí mismo porque estaremos una vida con nosotros y sobre
todo, porque el amor es una construcción que se hace minuto a minuto y se
comienza por los cimientos propios.
Siempre
se ama. Siempre hay motivos para amar. Siempre hay a quien amar…y si repasas y
no lo encuentras…SIEMPRE ESTÁS TÚ.