¡Os deseo un domingo reparador!. Hoy mi saludo llega de la mano de una reflexión que encontré en la red.
¿Os habéis preguntado alguna vez si en realidad sois personas difíciles de amar?...o simplemente no habéis encontrado la pareja adecuada, que no ideal, porque no existe. Nadie somos “pareja ideal”. Nadie somos perfectos en nuestra forma de amar ni aún siendo mucha, ni aún siendo buena.
La idea de lo deseable siempre es aquello que nos inspira, nos motiva, nos mejora. Aquel o aquella a quien podamos admirar. Quien sepa ver en nuestros ojos la fuente inagotable del amor que nos hace más humanos, más compasivos, más decididamente capaces de ir más allá con el maravilloso impulso de la fe en la otra alma.
“Una
vez le pregunté a un amigo, si pensaba que yo era una mujer difícil de amar, o
que si tenía algo malo que los alejaba, que yo no me consideraba mala persona.
A lo que él respondió:
"Los hombres estamos acostumbrados a mujeres sumisas, sin decisión propia
o tal vez con libre decisión, pero fácil de controlar.
Cuando encuentran mujeres como tú, llenas de luz, les atrae eso y creen que
pueden moldearte a su modo...
Pero cuando se dan cuenta que no podrán, que no eres gobernable, sumisa o que
simplemente no te adaptas tú, a su forma de ser, y que querrías compartir
formas y maneras, moldes y reglas, prefieren irse...
Así que no eres tú la que está mal, te has topado con hombres que simplemente
no tienen la capacidad de amarte como tú mereces, que no tienen la valentía de
quedarse y tratarte de forma que no sea querer imponerte algo, no te conocen
realmente, no saben que al estar enamorada, tu amor se sabe entregar como
ningún otro y de la mano irías con él de la par ante cualquier adversidad,
porque así son las mujeres como tú, son leales y entregadas como ninguna,
cuando llega alguien que sabe descubrir esa magia y no sale huyendo cuando
siente que no puede controlarla.
Pues mujeres como tú, saben que es mejor sola… que sola en compañía".
Fuente:Arquitectura EspiritualMx
Siempre hay alguien que en el algún punto del planeta sabría navegar contigo por la vida. Puede que nunca lleguemos a conocerlo. No importa. Cierra los ojos y háblale como si estuviese delante. Dile lo mucho que has esperado y la alegría de saber que también eras esperada por otra persona.
¡Sueña!. A veces es la única opción que nos deja la realidad; opción en la que seguro, ese amor será como tú lo deseas.
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