Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 2 de marzo de 2021

¿SOMOS SIEMPRE LOS MISMOS?

 

Nadie somos igual a nadie; todos únicos e irrepetibles y así también son las actitudes que tenemos, lo que provocamos en los demás, nuestras búsquedas o nuestras reacciones y respuestas.

Cada persona somos una y mil a la vez. Tantas como en el momento precisemos según quien tengamos delante. No se trata de tener diferentes versiones de uno mismo, sino de las que a ti llegan de los demás.

Veamos este breve relato al respecto. 


 

“Un joven discípulo solicitó al Maestro Iluminado el asistir en silencio a las entrevistas que éste concedía a aquellas personas que iban en busca de su consejo y sabiduría. 

La primera visita fue la de un hombre que preguntó: 

-Maestro, ¿Dios existe?

-Sí -fue la lacónica respuesta.

En la segunda visita una mujer también preguntó:

-Señor, ¿Dios existe?

-No -fue en esta oportunidad la contestación.

En una tercera visita un joven interrogó:

-Iluminado, ¿Dios existe? En esta ocasión, el Maestro guardó silencio, y el joven se marchó sin una respuesta a la pregunta formulada 

El discípulo, desconcertado por la extraña conducta del Maestro, no pudo por menos que preguntarle: 

-Señor, ¿cómo puede ser que a tres preguntas iguales hayas respondido de modo diferente cada vez?

-Lo primero que has de saber -contestó el Maestro- es que cada contestación va dirigida a la persona que pregunta y por tanto no es para ti ni tampoco para nadie más y lo segundo es que he respondido de acuerdo con la realidad y no con las apariencias.

                  En el primer caso se trataba de un hombre en el que mora la divinidad pero que ahora vive un momento de oscuridad y duda, por eso he querido apoyarlo.

         El segundo caso se trataba de una mujer beata apegada a las formas externas de la religión que ha descuidado a su familia por atender el templo, y por ese motivo es bueno que aprenda a encontrar a Dios entre los suyos.

          El tercer caso se trataba sólo de alguien que ha venido a verme por curiosidad y sencillamente ha improvisado esa pregunta cómo podía haber hecho cualquier otra.”

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