Cuando
el dolor te ahoga
no
tienes sitio,
Ni
puertas que se abran,
ni
ningún nido.
Cuando
aprieta silencioso
Las
lágrimas casi se han ido
De
tantas como derramas
Sin
que nadie te vea; en el olvido.
Cuando
el dolor penetra
Es
como un cuchillo y su filo,
Rasgando
el alma abierta
De
par en par y con sigilo.
Luego,
después de todo, llega la calma
Y
es cuando se convierte en lo sufrido.
Y
uno lo cuenta como historieta
Al
escucharlo los que no lo han sufrido
Pero
es historia de terror
para quienes lo hemos vivido.
Cuando
el dolor aprieta
No
quedan fuerzas, ni rabia, ni silbidos
Solamente
las ganas quietas
Y
las ansias de dormir sin gritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario