Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 13 de mayo de 2018

SÁBANAS LIMPIAS



Pocas impresiones son tan intransferiblemente agradables como meternos entre unas sábanas recién colocadas.

Se siente una sensación magnífica de estrenar el espacio en donde vamos a cobijarnos. La frescura y tersura de la tela se adapta a nuestro cuerpo con el frágil y gracioso regalo de ofrecernos la emoción de estar dispuesto para nosotros. Una delicia que deberíamos saborear más.





En la vida, lo nuevo, aquello que estrenamos siempre nos aporta esos mil matices diferentes que no conocemos y que antes de convertirse en rutina, nos darán la sensación de bienestar que tanto nos gusta. Por eso es tan agradable estrenar. Sin embargo, son sensaciones efímeras porque pronto lo que estamos deseando sentir se convierte en conocido y sin perder sus bondades, deja el pódium para otra cosa.

También es cierto que lo conocido nos deja instalados en la comodidad. Los viejos zapatos adaptados a nuestros pies, ese pantalón ya rozado que sabe donde están nuestros michelines, el jersey que se ha hecho grande de tanto estirarlo en nuestras guerras con nosotros mismos… todo ello, lo conocido, también significa comodidad aunque no aporte sorpresa.

Las sábanas recién estrenadas son una experiencia magnífica. Reclaman todos los sentidos. Huelen diferente, parecen de distinto grosor, amplían el espacio sobre el cual nos recolocamos una y otra vez y nos dan el mensaje de la necesidad de comenzar, con la disposición mejor, todo lo que llegue a nuestra vida para renovar aquello que debe ser lavado, renovado o sustituido.

Me gusta disfrutar de las pequeñas cosas. Gozar de placeres simples.

Éste es uno de ellos, para mí.

Acuérdate de sentirlo la próxima vez que te metas en una cama con sábanas limpias.

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