Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 11 de febrero de 2018

CONVERSACIONES CON DIOS



Podemos no creer. Nada. Aunque esto desfonde la existencia y el que no cree se quede sin recompensa y, lo mejor para él, sin castigo.




Apelar  a dios es un acto casi instintivo cuando estamos al límite. Es como si estuviese dentro a pesar del ateísmo que defendamos.
Hay, ha habido y habrá muchos personajes para un solo nombre. Nos hemos inventado caras, ropajes, aspectos, formas y maneras que nos han dado la seguridad de hacerlo a nuestra imagen y semejanza.

Lo hemos introducido en una historia, miremos la religión que miremos. Hemos inventado todo un mundo extrasensorial que le obligamos a manejar. Y al fin, hemos hecho de él una especie de juguete adaptado a nuestras ganas o necesidades de jugar.

De pequeños nos acostumbraron a hablar con él antes de dormir. Cerrar los ojos era como introducirnos en una aventura de la que no sabíamos si volveríamos por eso, lo mejor era, terminar el día a su lado.

Ángeles protectores cubrían las esquinas de nuestra cama y de este modo, dormir se convertía en algo seguro para ahuyentar los miedos.

Por encima y detrás de todo esto, uno debe conectar con lo que siente en el centro de su corazón. Tal vez, no coincida con el cuento que arrastra la religiosidad de cada mundo, dentro de éste. Posiblemente, lo que aparezca en ese centro sea una energía magnífica que nos une a nuestro mejor yo y esa, ahí, en ese encuentro grandioso con lo que de verdad viaja a través del tiempo, podremos nombrarnos a nosotros mismos con tal.

Sea como sea, tengamos las ideas que tengamos, necesitamos esa especie de protección en la que poder pensar cuando debamos decir adiós.

Hay un curioso libro que podemos leer como una interpretación más, que os aconsejo, si no lo habéis leído: “Conversaciones con Dios” de Neale Donald Walsch.

Nos pone en otra dimensión, nos ayuda a ir más allá y de cualquier forma y en último término, podemos tomarlo como una historia más de las que tantas veces nos han contado para rellenar ese concepto.

Si nada te convence, no importa. 

Estás contigo y eso es estar con él.

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